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Los drones, aliados de los viticultores para controlar los cultivos, mejorar y evaluar daños

"Las imágenes van más al detalle que las del satélite", explica en Cangas del Narcea el ingeniero agrónomo Javier José Cancela

Javier José Cancela durante su intervención, ayer, en Cangas del Narcea. D. ÁLVAREZ

Trabajos tan laboriosos como es el cuidado del viñedo, más aún en el de montaña, pueden tener un aliado en la aplicación de las nuevas tecnologías como son los satélites y los drones, que a través de imágenes permiten al viticultor hacer un seguimiento del cultivo y tomar decisiones precisas sobre su forma de intervenir. El ingeniero agrónomo Javier José Cancela se encargó ayer de acercar a los asistentes del XVII Simposio de la Asociación de Museos del Vino de España a las nuevas realidades tecnológicas.

Expuso que el objetivo que buscan es que el viticultor pueda tener el máximo de información de su parcela. "Con el satélite puede ver la evolución del viñedo y hacer una comparativa con otros años, mientras que con las imágenes del dron puede ir al detalle", explica Javier José Cancela. Sin embargo, advierte de que lo importante es que se disponga de datos de forma continua, por lo que los vuelos de dron deben complementarse con la colocación de sensores climáticos y de medición del suelo. Con todo ello, se puede obtener información sobre el vigor de la planta o si está pasando por un periodo de estrés hídrico, si tiene que aplicar más o menos fitosanitarios o nitrógeno.

Pero la barrera que se encuentra esta tecnología es poder llegar al pequeño viticultor. Por ello, Javier José Cancela cree que son las Denominación de Origen las que deben "potenciar y primar que se haga el proyecto para que puedan ver su potencialidad y se lo crean". Además, los drones tienen otro tipo de aplicaciones como sería la de valorar de forma precisa en parcelas los daños que pueden causar en viñedos fenómenos como las heladas o el granizo, e incluso ser una herramienta para el turismo con la que poder realizar visitas de realidad virtual a los viñedos.

Los avances para la reducción de la aplicación de fitosanitarios en viñedo fue otro de los temas que se trataron en la última jornada del simposio. María Dolores Loureiro, investigadora responsable del SERIDA para el desarrollo de la vitivinicultura en Asturias, expuso una guía de buenas prácticas para avanzar hacia un viñedo más sostenible. Para ello, aseguró que se necesita formar al sector para calibrar los equipos de aplicación de fitosanitarios, establecer el uso de metodologías de predicción de riesgo de enfermedades para adelantarse y sustituir los productos convencionales por otros alternativos de base natural. Además de establecer cubiertas vegetales para limitar al erosión y degradación de los suelos y eliminar los herbicidas. Objetivos en los que está trabajando con el proyecto Gesviña.

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