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Cudillero tiene buen fondo

Los buceadores que retiran basura una vez al año desde 1994 hallan esta vez menos material, pero advierten de que persisten residuos peligrosos

Ricardo Fernández muestra un crustáceo. A. M. S.

Cuatrocientos kilos de basura sacaron ayer 80 voluntarios, la mayor parte buzos, del fondo del puerto pesquero de Cudillero. La cantidad es menor que en otras ediciones de esta acción solidaria que se hace una vez al año en el puerto pixueto desde 1994, gracias al Grupo Ensidesa de Actividades Subacuáticas (GEAS).

"Cada año se reduce la cantidad de material, pero seguimos encontrando residuos peligrosos", apunta el presidente del GEAS, Luis Fernández, quien se muestra preocupado por las baterías, los filtros e incluso los radiocasetes que todavía se puede recoger de los fondos marinos. En las aguas de Cudillero hay sobre todo "material de trabajo" del sector pesquero "porque es un puerto con mucha actividad". No obstante, "no sólo venimos a limpiar, también a concienciar".

En esa línea, desde hace dos años el grupo organizador de la iniciativa coloca un expositor donde se puede ver qué vida marina tiene el fondo del puerto pixueto. Con el material que se retira muchas veces salen animales marinos. Este año se pudieron ver crustáceos, equinodermos y los más peculiares "lirios de mar". También plancton.

El biólogo Ricardo Fernández fue el encargo de mostrar a los visitantes, en algunas ocasiones con microscopios, las especies. Durante toda la mañana también advirtió de los riesgos de tirar basura en el lugar inadecuado, porque normalmente acaba llegando al agua. "En las muestras de plancton se pueden ver microplásticos que sin duda se acabarán comiendo los microcrustáceos. El plástico no desaparece y entra en la cadena trófica más rápido de lo que parece porque los humanos acabamos comiendo peces que, a su vez, se han alimentado de estas especies", explicó.

El gijonés Enrique González y su hijo Diego bucearon por segunda vez en el puerto cudillerense para apoyar la iniciativa. "Me sorprende la cantidad de porquería de pesca que se encuentra", dijo el primero, que halló garrafas de aceite o baterías. "Siempre se puede hacer algo, y si participas en este tipo de actividades te vas a dormir tranquilo", explicó.

La gijonesa Nuria Fernández también tomó parte como buceadora voluntaria. "Me sigue sorprendiendo la cantidad de cosas que se encuentran en el agua", indicó, y enumeró "candados, cadenas, botellas y latas". En su caso, tuvo que bajar cinco veces al fondo, y eso es un esfuerzo para los voluntarios que no practican apnea porque "tenemos que estar compensando cada vez que hacemos la inmersión". Pese a ello, "merece a pena". La mayor parte de los buzos bajaron a un máximo de nueve metros de profundidad. Rastrearon 400 metros lineales de puerto pesquero.

La iniciativa, que surgió en la década de los noventa como una propuesta muy local, forma hoy parte de la Red de Vigilantes Marinos (ONG Oceánidas) para limpiar los fondos marinos de en torno a 40 puntos de toda España en un mismo fin de semana.

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