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Luarca contará con un plan para controlar la altura y la volumetría de los edificios

El documento que detallará las condiciones de reforma de las construcciones se aprobará en 2020

El gobierno de Valdés está trabajando en un plan de fachadas que regulará las condiciones de reforma de los edificios que se encuentran entre el paseo del Muelle y el puente de Travesía, coincidiendo con la ribera del río Negro.

De esta forma, se concretará la estética de las construcciones que miran al río y se evitará que los proyectos para levantar un edificio nuevo (en caso de quedarse un solar vacío por derribo) o las rehabilitaciones estén sometidas a numerosos y largos trámites. Bastará con consultar en el Ayuntamiento las condiciones de la obra para realizar un proyecto ajustado a la legalidad.

Según la concejala de Urbanismo, Sara Fernández, el plan de fachadas controlará, en concreto, "la volumetría, la altura y la alineación" de las construcciones y otros asuntos de interés arquitectónico y patrimonial para la villa. "Ahora es habitual que la gente se queje porque no sabe exactamente qué puede y qué no puede hacer; tienen que dirigirse primero a la Demarcación de Costas o a la Dirección General de Patrimonio para conocer los restricciones", señala Fernández. Con el plan, será más fácil conocer las normas para cada caso.

Gobiernos anteriores ya habían avanzado, aunque sin éxito, este plan de fachadas. El ejecutivo actual trata de darle en empujón definitivo en 2020, gracias a una partida prevista en el presupuesto municipal para encargar a un estudio de arquitectura la redacción del nuevo planeamiento.

El objetivo final es definir la estética de una de las zonas más importantes de Luarca y mejorar, en la medida de lo posible, el estado de los edificios que amenazan ruina y cuyos propietarios están dispuestos a invertir pero se encuentran con trabas al solicitar las licencias. En este sentido, ya ha iniciado la esperada obra de rehabilitación del inmueble ubicado entre Los Escalerones y la calle Pilarín, que presenta un notorio deterioro. Esta circunstancia ha obligado a la Policía Local a cortar el acceso a pie por la primera travesía. El edificio amenazaba ruina desde hace años y fue necesario apuntalar su estructura.

También se ha actuado con rapidez en una construcción que se encuentra en la confluencia entre la céntrica calle Ramón Asenjo y La Peña, en cuyo bajo se encontraba una tienda de ultramarinos que se vio obligada a cerrar. Está previsto que los propietarios del inmueble inicien la obra en unas semanas. De esta forma, se evitarán contratiempos por la posible caída de material de la fachada a la acera.

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