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SUSANA SANTAMARINA | Psiquiatra y exgerente del área sanitaria I, dio una charla en La Caridad

"La gran epidemia del siglo XXI es la soledad, un riesgo para la salud de primer orden"

"La gestión no estaba en mi agenda; es enriquecedora, pero me apasiona mi profesión, volver fue volver a casa"

Santamarina, en la sala El Pajar, llena de público. T. CASCUDO

La psiquiatra Susana Santamarina clausuró anteayer en La Caridad el ciclo "Charlas d'outono", que promueve la asociación cultural Arcángel San Miguel, con una ponencia titulada "Cómo hacerse mayor sin perder la cabeza. Claves para un envejecimiento saludable". Esta profesional, que trabaja en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), es muy conocida en la comarca, pues durante tres años fue la gerente del área sanitaria I. En su intervención habló sobre la oportunidad que ofrece disponer de una de las tasas de esperanza de vida más altas del mundo y de las estrategias que se pueden adoptar para mejorar la salud cerebral.

- ¿Qué podemos hacer?

-Mantener nuestras neuronas en buen estado depende en parte de la genética, pero también del mantenimiento de conductas saludables, como la actividad física y mental que hayamos realizado en nuestra vida. Esto nos permite generar una suerte de reserva cognitiva para utilizar en las etapas más tardías de nuestra vida. Sabemos, por ejemplo, que modificaciones en la dieta tienen un impacto directo sobre el cerebro. Existe un eje intestino-cerebro que está vinculado de manera directa con nuestra salud cerebral y su disfunción se vincula a enfermedades como la demencia o la depresión. Cuidar nuestro intestino a través de una buena alimentación, como la dieta mediterránea, influye de manera directa en el cerebro. Y lo mismo pasa con el ejercicio físico regular, que mejora la producción de factores de crecimiento del cerebro, la memoria y el aprendizaje.

- ¿Lo primero que hay que cambiar en la alimentación?

-Una de las recomendaciones es reducir la cantidad de comida. Sabemos que la obesidad se relaciona con un peor rendimiento cognitivo. El ayuno intermitente del que habló hace unos días Elsa Pataky no es una medida que se pueda extender a toda la población, pero en personas sanas sus efectos son positivos sobre la fisiología del cuerpo. Probablemente sea bueno para la salud que a lo largo del día haya un periodo de ayuno entre la última y la primera comida de, al menos, doce horas. El intestino, que es una de nuestras barreras naturales, necesita reposar, y si comemos mucho y mal estará permanentemente inflamado. Después, hay que repensar el tipo de dieta, comer más verduras, más frutos rojos y frutos secos, más legumbres, carnes blancas e incluso un poco de vino y, por supuesto, aceite de oliva, y reducir los procesados, las carnes rojas, los lácteos, las pastas y los dulces.

- ¿Y qué me dice del sueño?

-Debemos respetar los ritmos circadianos y dormir alejados de las pantallas. El sueño tiene un papel de reparación, por la noche reseteamos y reparamos. La melatonina es un potente antioxidante que se produce durante el sueño y con los ritmos de sueño actuales y la contaminación lumínica, por ejemplo de las pantallas, impedimos que se libere de manera suficiente, impidiendo su función reparadora.

- ¿Cuánto hay que dormir?

-Entre siete y ocho horas diarias. Deberíamos despertarnos al amanecer, pero el problema es que, con el ritmo de vida actual , nos levantamos de noche en vez de hacerlo al amanecer y nos acostamos mucho más tarde de que el sol se ha puesto, alterando nuestros ritmos naturales.

- También apuesta por mantenernos mentalmente activos?

-El cerebro es como un músculo, si no se entrena se atrofia. Hay que mantener la mente ocupada. Con la edad los procesos de aprendizaje se enlentecen pero, aunque cueste más, es perfectamente posible. Hay que tratar de hacer ejercicio mental de alta intensidad. Hacer crucigramas o sudokus está bien, pero sería mejor aprender un idioma o aprender a tocar un instrumento, pues son prácticas activadoras de nuestra cognición. Y, sobre todo, seguir emocionándose, es bueno mantener una red social de apoyo, una buena relación de pareja? La gran epidemia del siglo XXI es la soledad y es un factor de riesgo de primer orden para el desarrollo de una mala salud mental y también física.

- ¿Dependemos demasiado de móviles, agendas... en lugar de trabajar más la memoria?

-Las tecnologías actuales están modificando nuestra capacidad de atención y nuestra memoria de trabajo. El cerebro es un músculo que hay que entrenar y la capacidad de memorizar se va perdiendo. Hay que gestionar bien la tecnología.

- ¿Cuáles son las señales de alerta para saber que algo va mal en el cerebro?

-Si tenemos dificultades para realizar tareas que previamente conocíamos bien, si vemos que se nos olvidan cosas que antes sabíamos o si de repente aparece ansiedad o síntomas depresivos sin motivo aparente, son razones para consultar al médico. También las alteraciones del sueño hay que consultarlas, pues dormir mal es un factor de riesgo para un envejecimiento saludable.

- ¿Por qué no nos enseñan a envejecer?

-Durante mucho tiempo la vejez era simplemente la etapa que precedía a la muerte. En el siglo XX hemos vinculado el concepto de bienestar con la imagen de alguien joven, otorgando mucho valor a la imagen, buscando a toda costa no envejecer, y hemos dejado a los mayores en el furgón de cola. El objetivo ahora es que los años que hemos ganado sean buenos años de vida, y en la actualidad, con el nivel de conocimientos que tenemos y los años que nos quedan por delante, es un buen momento para cambiar las cosas.

- Para acabar, ¿echa de menos su labor como gerente?

-Llegué a la gestión sin estar en mi agenda, pero mi profesión me apasiona y volver a la clínica fue como volver a casa. Admiro mucho a toda la gente que se dedica a la gestión y creo que los gestores son los grandes incomprendidos. Es una tarea apasionante, aprendes mucho y te llevas una visión muy enriquecedora del sistema sanitario, pero cuando uno no está cumpliendo sus expectativas ni las ajenas, marcharse es una opción muy saludable.

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