La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Moal se rebela contra la mala comunicación: "Así los jóvenes no pueden apostar por esto"

"Vives con incertidumbre por los cortes de internet, teléfono y electricidad, y acabas comprando un generador", afirman los vecinos de Cangas del Narcea, que critican el mal estado de la red

Un poste de teléfono tirado en una finca de Ventanueva desde 2018.

"Cuando el aire asoma, la televisión no funciona, tenemos internet un día sí y tres no y los teléfonos van a medias". Así describe la falta de servicios de comunicación que sufren muchos pueblos de Cangas del Narcea el alcalde de barrio de Gedrez, José Rodríguez, que junto a vecinos de otros pueblos como Oballo, Moncó o Posada de Rengos se han unido a la reivindicación que ha realizado la localidad de Moal a través de sus asociaciones. Los integrantes de la asociación cultural y de la de mujeres han enviado escritos al Ayuntamiento cangués y al gobierno del Principado para pedirles que insten a las empresas eléctricas y a las que dan servicio de telefonía e internet a realizar un mantenimiento adecuado y periódico de sus tendidos que garanticen unos servicios sin cortes.

Recuerdan que a raíz del temporal de nieve de octubre de 2018, que dejó buena parte de Asturias sin electricidad hasta cuatro días, se pueden ver todavía postes de luz y telefonía caídos, así como árboles y ramas sobre el cableado. Con esta situación en las líneas de distribución, aseguran que es habitual que los días de lluvia intensa, viento o nieve se produzcan pequeños cortes de suministro, una interrupción del servicio que se alargó hasta 30 horas el pasado 15 de noviembre, cuando se vivieron unos días de intenso mal tiempo.

"Vives con la incertidumbre de que no sabes cuándo te quedarás sin luz, porque sin que ocurran catástrofes hay cortes a causa de que no hacen mantenimiento, así que acabamos comprando un generador", asegura José Manuel Rodríguez, con un restaurante en Oballo, en el que en varias ocasiones ha tenido que recurrir al generador para poder dar servicio a sus clientes.

Fueron muchos los vecinos de la zona que tras el apagón de octubre de 2018 decidieron comprarse un generador eléctrico ante el miedo de quedarse de nuevo varios días sin luz, temiendo perder la comida almacenada en los congeladores o sin poder hacer uso de calefacción o calderas de agua caliente en pleno invierno.

"Tenemos vecinos con movilidad reducida que tienen ascensor y con las subidas y bajadas de la tensión eléctrica se les estropea, con el perjuicio que eso supone", añade Mari Carmen Álvarez, de Moal.

El joven Nacho Cadierno, de Posada de Rengos, con un bar-tienda y apartamentos rurales, relata cómo sus clientes se quejan porque la conexión a internet es lenta o inexistente. "Apenas llegan unos megas y no hay opción de cambiar a otra compañía porque tampoco da el servicio; están limitando que los jóvenes puedan apostar por la zona rural", lamenta. De hecho, asegura que tiene amigos de pueblos cercanos que tuvieron la oportunidad de desarrollar su trabajo desde su casa y que tuvieron que desistir por la falta de cobertura.

Compartir el artículo

stats