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La historia de La Braña sale del libro de fábrica

"Detrás de todo está la gente que se junta para hacer cosas", señala la autora de la investigación sobre la parroquia franquina, la docente María José Fraga

Procesión del 15 de agosto a mediados del siglo XX. ARCHIVO DE M. FERNÁNDEZ

En 1850 partió de La Habana la goleta española "Nueva Ignacia", capitaneada por el franquino José Fernández Jardón y con rumbo al norte de Europa. Tras un mes de navegación tranquila, el 1 de abril se desató un fuerte temporal que tumbó el navío e hizo perder a la tripulación la esperanza de sobrevivir. Sin embargo, decidieron encomendarse a Nuestra Señora de la Braña y, pocas horas después, "se vieron libres de peligro" y lograron llegar al puerto gallego de Ferrol. Es uno de los hechos de naturaleza milagrosa que se atribuyen a la Virgen franquina y que se recoge en el libro "Historia de la parroquia de A Braña", que acaba de editarse para poner negro sobre blanco el origen y evolución de esta parroquia de El Franco.

El libro salió adelante gracias al empeño del presidente de la asociación El Brañal, Moisés Fernández, que en plenas obras de rehabilitación del santuario consideró necesario sacar a la luz toda la historia de este lugar, que recibe el peregrinaje de cientos de devotos a lo largo del año. Su elaboración se puso en marcha hace más de una década, cuando le plantearon a la docente franquina María José Fraga dirigir la investigación, y finalmente acaba de ver la luz con la edición de trescientos ejemplares. "Es un trabajo que sirve para conocer la historia y que no quede encerrada en los libros de fábrica", señala el párroco Francisco Javier Fernández, que hace hincapié en el prólogo de la publicación en el papel clave del vecindario.

"Si se mira atentamente contarán otra historia que se desarrolla al mismo tiempo: la ilusión de mucha gente que, percibiendo que el santuario de A Braña es uno de esos lugares especiales, han puesto todo su empeño para que sea un espacio amable donde los romeros nos podamos expresar en íntima y filial confianza a Nuestra Señora", incide. También la autora del libro destaca esta fuerte implicación vecinal: "Detrás de todo está la gente que se junta para hacer cosas. Al constituirse en parroquia hacía falta una iglesia, y entonces todos se pusieron a construirla".

Fraga aceptó la propuesta de investigar la historia y pasó muchas tardes buceando en los libros de fábrica de la iglesia, asesorada por el cura de entonces, Manuel Fernández Álvarez. El trabajo quedó listo en 2008 y se actualizó ahora para su edición incorporando las últimas obras y mejoras efectuadas en el santuario.

La historia de esta parroquia franquina comienza en 1795, cuando se aprueba su solicitud de independencia parroquial. Hasta entonces, La Braña, Arancedo y Miudes estaban unidas con un árroco en Santa María de Miudes, pero los vecinos consideraban necesario independizarse para "evitar los perjuicios espirituales y riesgos temporales que sufren al concurrir a ella por hallarse a dos leguas de camino y (haber) muchos ríos de difícil tránsito". El primer paso tras la independencia fue habilitar la vieja capilla y después se puso en marcha la construcción del santuario, cuyas obras más importantes se desarrollaron en torno a 1825. En el libro se indica que las obras se acometieron "a expensas de los caudales del santuario", pero también "fue fundamental" la aportación vecinal, tanto en materiales como en mano de obra.

La última obra de mejora se remonta a 2017, cuando se recuperó el suelo original del presbiterio dejando al descubierto el pavimento de cantería. Y ahora tienen el reto de restaurar el retablo más antiguo del templo. A ello destinarán la recaudación de las ventas del libro.

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