"Queremos haceros partícipes del auténtico calvario que estamos viviendo", señala la asamblea de trabajadores de la planta de purines de Navia ante la situación de impagos y crisis general de la compañía que sufren desde el pasado verano. El colectivo, integrado por catorce trabajadores, emitió ayer un comunicado en el que relata la "situación crítica" que padece y reclama la mediación de la administración para "buscar un escenario legal" que permita una salida viable para la compañía, gestionada por la empresa Biogastur.
"Nuestras familias llevan meses sin ingresos, pasando auténticas penurias con amenazas inminentes de cortes de suministros (luz, agua...), inclusión de ficheros de morosos por no poder hacer frente a nuestras obligaciones, pidiendo dinero a familiares y amigos para poder sobrellevar los gastos del día a día", añade el grupo de catorce trabajadores. Y es que la plantilla no cobra desde el mes de agosto pese a cumplir con sus compromisos laborales, lo que los aboca a una situación límite.
El colectivo de empleados también pone sobre la mesa la otra consecuencia directa de la parálisis de la empresa, y es la de la gestión de los purines que recibía durante los meses en los que estuvo funcionando. "¿Qué pasa con las 800 toneladas diarias de purín que se han dejado de tratar?, ¿a dónde van a parar?", se pregunta la plantilla.
Los trabajadores, que señalan al consejo de administración de la sociedad como culpable de la situación que padecen, se muestran también muy molestos por la falta de información que reciben. En este sentido, no solo critican a los responsables de la firma, sino también a la administración regional. No en vano, este miércoles se celebró en Oviedo una reunión entre la directora de Energía del Principado, Belarmina Díaz, y los dos socios mayoritarios de la compañía. Al encuentro no asistió Central Lechera Asturiana, que cuenta con el 25% del accionariado.
"La plantilla está muy indignada, antes era con la parte mayoritaria del consejo de administración, pero ahora también es con el Ejecutivo asturiano, pues nadie ha tenido la consideración de ponerse en contacto con ellos para intentar informarles, para que estén tranquilos. Así que la intranquilidad de la plantilla es totalmente razonable", denuncia Antonio Estévez, integrante de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI) y elegido portavoz de los trabajadores. Estévez hace hincapié en "la buena fe de la plantilla, que está ejecutando a la perfección su trabajo a pesar de las condiciones a las que les están sometiendo".
Este periódico se puso en contacto ayer con la administración y con la empresa para tratar de recabar los términos del encuentro celebrado en Industria. Desde la Consejería han indicado que la directora trasladó a los dos accionistas mayoritarios "su preocupación por la situación de los trabajadores y se les instó a buscar una solución y a incorporar nuevos socios". Las mismas fuentes admiten que la administración no puede mediar (como pide la plantilla) en un conflicto que atañe a una empresa privada que tiene una grave situación económica.
Plan frustrado
La planta de Biogastur inició su actividad en el año 2018 y los problemas de funcionamiento se detectaron a principios de 2019. En primavera del pasado año se aprobó un plan de viabilidad que pasó por nombrar un nuevo director de planta e iniciar un proceso de venta del porcentaje mayoritario de la empresa a otro inversor. Aunque llegó una oferta, según informó el consejo a través de un comunicado, el inversor no desembolsó la cantidad prevista, lo que, unido a nuevos problemas técnicos de la planta, impidieron seguir recibiendo purines, con el consiguiente agravamiento de la situación financiera. Según ha podido saber este periódico, el martes que viene se celebrará en Asturias una reunión de la totalidad del consejo de administración, un encuentro que podría ser clave para la solución del conflicto.
