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Tapia multará a los dueños de la vieja discoteca por el retraso en derribarla

"La demolición tenía que estar más que acabada", señala la alcaldesa, Ana Vigón, que ha dado orden de iniciar el procedimiento sancionador

Estado en el que se encuentra actualmente el inmueble. T. CASCUDO

El gobierno de Tapia ha decidido ponerse firme con los propietarios de la vieja discoteca y va a abrir un expediente sancionador que podría desembocar en una multa por el incumplimiento de los plazos previstos para el derribo. "Se les da dado tiempo suficiente y la demolición tenía que estar más que acabada", señala la alcaldesa tapiega, Ana Vigón.

El pasado 2 de diciembre la propiedad ponía en marcha los trabajos de demolición con la retirada de la uralita de la techumbre del edificio. El gobierno local explicó entonces que se empezaba por la cubierta de fibrocemento porque requiere un tratamiento específico, pero añadió que, a continuación, se procedería al derribo. Sin embargo, una vez se retiró el tejado, se paralizó la actividad y así lleva el último mes. De ahí que el gobierno de Ana Vigón haya decidido tomar cartas en el asunto.

La regidora solicitó al aparejador municipal un informe sobre la situación, en el que se constata que las obras están paradas y, a continuación, dio orden al secretario municipal para iniciar el procedimiento. Así las cosas, en los próximos días el secretario redactará un informe con la propuesta de sanción a la que se enfrenta la propiedad y de la que ya fue advertida si no ejecutaba la obra según lo establecido. "Tal y como está es peligroso y nos parece que se está dilatando en el tiempo", añade Vigón, molesta por los incumplimientos de los propietarios al respecto del estado de un inmueble situado en pleno centro de la villa y en un lugar muy frecuentado por ser el acceso principal al puerto.

Cabe recordar que el derrumbe parcial de la techumbre se registró la pasada Semana Santa, con la villa llena de visitantes. Entonces los operarios municipales hicieron una rápida intervención para asegurar los elementos en peligro de caída, y se procedió a vallar un perímetro de seguridad y a contactar con la propiedad para que actuase.

Los propietarios presentaron un primer proyecto de derrumbe que no cumplía con la legislación municipal, ya que planteaba tirar el edificio y edificar un muro perimetral ciego de dos metros sobre el solar. Una vez modificado el proyecto, los trámites de derribo se demoraron por los permisos para retirar la uralita, ya que, al contener amianto, exige trámites especiales.

Superados todos los escollos, los trabajos comenzaron a principios de diciembre y en Tapia todos dieron por hecho que la ruina de la discoteca sería historia en 2019. Sin embargo, aún sigue en pie.

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