Un vino tinto, oscuro, de 13 grados y elaborado con uvas nacidas en un viñedo cangués cuidado a lo largo de los años por diferentes generaciones de una misma familia ha sido el ganador de la IV Cata concurso de vinos artesanos de Santiso. Nilo González es el encargado de mantener la tradición familiar de elaborar vino para autoconsumo en su bodega y viñedo situados en el barrio cangués de Sienra y su esfuerzo se ha visto recompensado al reconocerse su caldo como el mejor dentro de la veintena presentados al certamen.
"No te presentas por el premio, es por el orgullo que te da cuando te llaman y te dicen que estás entre los cuatro mejores, y más aún cuando te dicen que eres el mejor", reconoce el elaborador, que se presentó por primera vez el año pasado, quedando finalista.
Su pasión por el viñedo le viene desde niño, cuando iba con su abuelo y su padre a ayudarles con las tareas habituales. Ahora se ha convertido en su afición, a la que le dedica buena parte de su tiempo al estar prejubilado.
Asegura que para conseguir un buen vino no hay más secreto que la constancia en el trabajo y cuidado de la viña. "La formación del vino empieza cuando realizas la poda; luego hay que estar pendiente de hacer los tratamientos en su momento, escoger bien el día de vendimia y tener suerte", explica. Una vez en bodega, confiesa que no le echa ningún tipo de componente y que solo realiza los trasiegos y vigila mucho que el vino no entre en contacto con el aire para que "no se oxide".
Sobre el futuro de que pueda mantenerse la tradición de elaborar el vino casero tiene dudas, ya que ve difícil que los jóvenes puedan quedarse a trabajar en el concejo y compaginarlo con el cuidado de la viña. "Los chavales aquí no tienen trabajo y si tienen que marchar no pueden mantener esto", lamenta.
