Las dos han sido noticias de relevancia en sus municipios asturianos en las últimas semanas. La primera saltaba en el concejo de Bimenes, en el centro de Asturias. El Ayuntamiento tendrá que hacer obras para desatascar una tubería taponada por arrojar toallitas higiénicas al váter. La segunda afecta a una localidad del occidente regional. El sistema de saneamiento de Vegadeo también está sufriendo, pero por otra razón que ha llevado al Alcalde a emitir un bando municipal de contenido informativo. En el bando se intenta concienciar a la población de Vegadeo de la inversión que sistemáticamente se tiene que hacer para desatascar tuberías por abusar del jabón en polvo y no líquido a la hora de hacer la colada.

En ambos caso se trata de malas prácticas domésticas que conllevan importantes consecuencias que afectan más de lo que se piensa. Afortunadamente, hay una solución para evitarlo, y los expertos en cuestiones relativas con las infraestructuras de saneamiento e incluso con el cuidado medioambiental tienen claros los puntos en los que hay que incidir. Puntos sobre los que de forma periódica asociaciones, instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales insisten, aunque no siempre con el resultado apetecible. Las reglas son básicas y fáciles de seguir. A continuación puedes consultar qué cosas no hay que tirar por los desagües, qué provoca nuestras malas prácticas y qué soluciones hay que adoptar.

¿Qué cosas no hay que arrojar al inodoro?

Toallitas húmedas, preservativos, compresas, tampones, salvaslips, bastoncillos, hilo dental, tiritas, desechos de comida, cigarros, lentillas, arena para gatos y sus heces, fármacos, lejía, amoniaco, ácido clorhídrico, jabones y detergentes compuestos por fosfatos, pinturas y disolventes.

¿Cómo afecta esto al saneamiento urbano?

El problema comienza cuando estos productos atascan las tuberías de las viviendas. Después, las propias redes de saneamiento municipales se ven afectadas. Además, tras lluvias fuertes es muy posible que acabe por producirse inundaciones.

¿Cuáles son otras consecuencias?

Instalaciones y equipos se averían, se vuelve necesaria una mayor limpieza y mantenimiento o se acumulan residuos inseparables para un correcto reciclaje. Todo ello supone un gran gasto que podría ser evitado fácilmente.

Y no solo eso, dicen los expertos: desechar estos productos contribuye a la contaminación del planeta. El comportamiento de especies marinas cambia por culpa de estos desechos. Además, productos de limpieza comunes pueden llegar a matar fauna y flora.

¿Cuál es la solución? Las tres "pes"

Usar la papelera y recordar lo que aconseja la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS): por el inodoro solo deben desecharse las "tres pes": pipí, popó y papel higiénico, productos que cumplan con la norma UNE 149002:2019.