La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las ayalgas de Belmonte crecen

Ángel Forcón reabre su exitoso museo en Selviella, donde expone su colección de piezas antiguas, que suma tres vehículos y un pisón de escanda

Pisón de escanda. S. A.

El museo "Las Ayalgas" de Selviella (Belmonte de Miranda) no para de crecer desde su apertura el pasado verano. Tras un descanso invernal, la colección impulsada por el empresario tinetense Ángel Menéndez Rubio, más conocido como Ángel Forcón, abre de nuevo sus puertas con novedades a exposición como un camión de los años cuarenta del pasado siglo, dos tractores de principios del XX y una creación para convertir dos piedras en un pisón de escanda. El taller de reparación con el que cuenta el espacio no para de trabajar. Todo para atraer visitantes al concejo y dar una utilidad al "tesoro" acumulado durante años por Forcón.

"Hicimos una máquina imaginativa con unas piezas de piedra que encontramos en una excavación, quedó muy guapa", detalla. Se trata de unas piedras troncocónicas que encajan una dentro de otra. "Una cosa curiosa", dice, que han convertido en un pisón.

También destaca el camión marca Dodge de 1940 que luce impecable en la muestra y al que han dedicado tres años de restauración para dejarlo como nuevo. "Lo encontré en Cudillero y hubo que hacerlo, prácticamente, entero de abajo a arriba".

También destacan con luz propia y están llamados a convertirse en dos de las piezas más destacadas de la colección de "Las Ayalgas" dos tractores de entre 1912 y 1917 que halló en Valladolid, hasta donde se desplazó a por ellos. "Tienen las ruedas de hierro, creo que van a ser dos piezas guapas", apunta Forcón.

Y pronto estará expuesta una máquina Dinamo, que ha entrado al taller de restauración, "de las que había por los pueblos para dar luz, una especie de molinos que vamos a poner en el museo para que los chiquillos vean cómo hace más de cien años se veía con luz".

Y es que en "Las Ayalgas" se puede encontrar de todo. Desde vehículos, maquinaria agrícola, una sifonería o piezas históricas como un carro del siglo XV, máquinas de tortura de la Inquisición, libros y documentos históricos, coches fúnebres del siglo XIX piezas etnográficas y pequeños electrodomésticos antiguos como máquinas de escribir, gramófonos o teléfonos, entre otros. En el museo de Selviella hay piezas para todos los gustos y es, de hecho, uno de los valores que destacan los visitantes, la variedad temática que presenta la muestra con más de mil piezas.

Afición

Todas, buscadas con anhelo y halladas por su impulsor, un gran aficionado a las piezas antiguas y su restauración, de ahí el servicio de taller con el que cuenta el museo. Una afición que cosecha desde muy joven cuando adquirió un Biscúter, un microcoche de fabricación española anterior al Seiscientos. "Vendí la moto que tenía porque ya no andaba en ella y lo compré", recuerda.

Ahora todas esas piezas que ha ido encontrando a lo largo de su vida las ha puesto a la vista de todo aquel que las quiera disfrutar y conocer más sobre la historia que tienen detrás.

Y parece que el museo va calando entre los asturianos y visitantes "de boca en boca", asegura. "Estamos contentos, las visitas van subiendo y la gente sale contenta y trae a más gente, estamos satisfechos".

Además, con tan sólo medio año de vida se preparan para organizar las visitas de la próxima Semana Santa, la primera que abrirán al público.

"Este año abrimos por primera vez en Semana Santa y todo el verano, a ver qué pasa", avanza Forcón, con la ilusión de "Las Ayalgas" siga gustando al público por su variedad y el cuidado que han dado a las piezas en su restauración.

Compartir el artículo

stats