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Viajes a ultramar sin salir de Castropol

La biblioteca Menéndez Pelayo expone trece cartas náuticas con los viajes que realizó en el siglo XIX el marino local José María Cancio

Ovidio Vila y Javier García, de la Fundación Ría del Eo, observando las cartas con Chemi Lombardero. T. CASCUDO

En el desván de una casa indiana ribadense, hoy convertida en el hotel Loriente, aparecieron enrolladas unas antiguas cartas náuticas que resultaron ser las del marino José María Cancio, nacido en Oviedo en 1825 y fallecido en Ribadeo, en 1895. Parte de estos antiguos documentos, valiosos por su antigüedad, se exponen estos días en la biblioteca Menéndez Pelayo de Castropol, concejo con el que el marino tenía vínculos familiares. La Fundación Ría del Eo promueve esta muestra, que se podrá visitar hasta el viernes.

"No es frecuente que se conserve una colección así y con el dato añadido de los viajes", precisa el investigador Chemi Lombardero, propietario de las trece cartas expuestas. Y es que en cada carta (la mayoría son del siglo XIX, aunque hay alguna anterior, como una de la costa irlandesa de 1788) se pueden apreciar a lápiz las anotaciones del marino con las rutas exactas y las fechas de sus numerosos viajes. Algunas rutas aparecen borradas, lo que sugiere que el marino "usaba la misma carta en diferentes viajes".

Gracias a sus mapas se puede saber que dedicó la mayor parte de su vida profesional a cubrir la ruta trasatlántica a Cuba o al sur de los Estados Unidos. Aunque también viajó a otros puntos como Inglaterra y Holanda. Como curiosidad, todos los mapas están regidos por el meridiano de Cádiz, que imperó en la cartografía española hasta 1884, cuando se estableció como universal el meridiano Greenwich.

Lo particular de estas cartas es que aparecieron en el desván de la vivienda indiana levantada en 1910 sobre la vieja casa familiar del marino y años después de su fallecimiento. Concretamente la mandó construir el ilustre castropolense Vicente Loriente Acevedo, que era yerno del marino.

Junto a los mapas, en el desván también se encontraron unas antiguas poleas de barco. Sin embargo, el hallazgo más particular afloró en el salón de esta vivienda construida a todo lujo. Cuenta Lombardero que, un buen día, en el comedor detectaron un punto de humedad que fue creciendo hasta que obligó a hacer una obra para determinar su causa. Los obreros encontraron allí un trozo de madera insertado en la pared, que resultó ser una viga de un barco con unas inscripciones. El investigador, que se enteró años después de esta historia, no pudo averiguar más de esta pieza, ni tampoco su paradero.

Con motivo de la inauguración del hotel Boutique Loriente, en abril de 2018, Lombardero preparó una ponencia recopilando la historia de la casa y también del marino José María Cancio. Entonces se mostraron por primera vez estas cartas.

Cancio se casó con Asunción Martínez, integrante de una destacada familia ribadense, propietaria de la naviera Martínez Marzo Bengoechea para la que él trabajó. Lombardero sabe que con 24 años, en 1849, Cancio ejerció de piloto de la corbeta Eusebia, dedicada a hacer viajes entre Avilés y Cuba y que, a los 36 años, ejercía de capitán del bergantín Augusto, de la casa Bengoechea y construido en Castropol en 1857.

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