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La misa, por wuasap en Salas

l "Con la grabación, la ponen cuando quieren", dice el cura Arturo García l En el Hospital de Jarrio los sacerdotes ejercen de carteros

La misa, vía WhatsApp para 600 feligreses de Cornellana

La misa, vía WhatsApp para 600 feligreses de Cornellana

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La misa, vía WhatsApp para 600 feligreses de Cornellana Salas / Coaña, S. ARIAS / T. CASCUDO

A los curas de la comarca no les ha quedado otra que tirar de ingenio para poder ejercer de guías espirituales en los tiempos del coronavirus. Desde dar misa a través de la popular aplicación para móviles Whatsapp hasta convertirse en carteros para los enfermos que están ingresados y no pueden recibir visitas con motivo de las restricciones sanitarias. Todo vale.

Esta última es la idea que han tenido los párrocos que habitualmente se ocupan de visitar el Hospital de Jarrio (Coaña), Juan Luis Monzón (cura de Coaña y Villayón) y Pedro Fernández (sacerdote de Puerto de Vega). Previo permiso de la gerencia, disponen de un correo electrónico (iglesiavillayon-mohias@hotmail.com) para quien desee hacer llegar una carta a un paciente ingresado. Ellos, aprovechando su visita diaria al centro, la imprimirán y se la harán llegar. Es importante, recuerdan, indicar el nombre del paciente y la habitación.

"Se trata de hacerles más compañía, porque debido al estado de alarma sus familiares no pueden visitarles como antes y el enfermo se angustia por esta situación", señala Monzón, que estos días nota a los ingresados más conversadores de lo habitual. "En tiempos normales los pacientes me acogen bien, pero ahora los encuentro solos y me dan conversación, tienen necesidad de hablar", precisa. En este sentido, ha detectado en los pacientes más preocupación por la gente de fuera que por sus propias dolencias: "Se les nota tristes, preocupados, no tanto por ellos como por lo que pueda pasar a sus seres queridos que están fuera".

Los párrocos han querido mantener su visita al centro hospitalario, aunque extremando las precauciones: con guantes y mascarilla, y sin entrar en la habitación. "Les hablo desde el umbral de la puerta, no me acerco", añade Monzón.

Y si unos llevan cartas, el sacerdote de Cornellana (Salas), Arturo García, lleva la misa a casa por Whatsapp. El párroco envía pastorales y comentarios bíblicos a sus alrededor de seiscientos feligreses que tiene repartidos en grupos por parroquias. Ayer se animó a oficiar misa desde su casa, que luego envió a los fieles en un vídeo que llegó hasta Santo Domingo (República Dominicana). "Algo había que hacer, no me quería quedar de brazos cruzados, y empecé a mandar cosas, cada día algo distinto aprovechando los grupos que tenía organizados", explica García.

Y ante el buen recibimiento de los feligreses, se animó a grabar una misa que fue compartida decenas de veces. "Hay misa en televisión y también se ha ofrecido por otros canales como Facebook o Youtube; eso obliga a estar a una cierta hora en la tele y a lo mejor no pueden. Sin embargo, con la grabación la pueden poner cuando les dé la gana", detalla. Además, no todos sus fieles, la mayoría gente mayor, tienen acceso a las redes sociales "pero sí usan el Whatsapp porque es más fácil para ellos". También destaca la cercanía de asistir a misa virtual con su párroco habitual. Y los devotos, encantados. Son muchos los mensajes que ha recibido en estos días, sobre todo ayer, con la misa.

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