Consciente de que el próximo domingo será un día de Ramos de lo más atípico, el párroco de la Unidad Pastoral de El Franco, Francisco Javier Fernández, ha decidido poner en marcha una iniciativa para que sus vecinos puedan disponer del laurel bendecido en sus hogares. Eso sí, será una bendición a puerta cerrada y los feligreses no podrán recoger las ramas hasta el fin de la crisis sanitaria.
La idea, que sigue a otra similar que ha surgido en varias parroquias de Avilés, consiste en editar unas tarjetas conmemorativas en las que se enganchará una ramita de laurel. "La costumbre es guardar en casa el ramo de laurel bendecido el día de Ramos y queremos que lo puedan hacer como otros años", explica el párroco, convencido de que "a este tiempo tan extraño hay que darle un cierto sentido de normalidad".
El cura ha lanzado un llamamiento a través de su perfil en la red social Facebook para que los interesados se lo hagan saber y así tener una idea del número de tarjetones necesarios. "Ya tengo más de 300 personas que me han mandado aviso de que lo quieren, así que creo que haremos una primera tirada de 600 tarjetas. A la gente le gustó la idea", añade el párroco.
Tiene previsto bendecir el laurel el mismo domingo, como manda la tradición, aunque en una iglesia cerrada al público por motivo del estado de alarma. Explica Fernández que estos días trata de mantener el contacto con los feligreses ya sea por las redes sociales o llamando a los más mayores para ver si necesitan algo.
