Cudillero trata de salvar el sermón de l'Amuravela que se lee cada 29 de junio desde hace más de cuatro siglos para contar a San Pedro durante la fiesta que aconteció en el último año. El compositor y recitador de esta peculiar pieza, Cesáreo Marqués, asegura que "en principio, el acto no se suspende", razón por la que, como cada año, escribirá los famosos versos pixuetos. En ello anda.
La idea del pueblo (de quien depende en última instancia l'Amuravela, ya que se trata de encuentro desligado de programa de ocio de la comisión de fiestas) es disponer del mismo escenario para el sermón. Ello implica trasladar el barco donde se recita a La Ribera. Desde este lugar quiere leer, en soledad y en principio sin apuntador si hay que cumplir a finales de junio con las directrices de nuevo distanciamiento social, Cesáreo Marqués. El escritor asegura que éste es, al menos, el empeño de todos, "de Ayuntamiento de Cudillero, comisión de fiestas y cofradía religiosa".
El presidente de la comisión de festejos, David Pedregal, destaca que el recital no depende directamente de ellos, razón por la que evita pronunciarse sobre l'Amuravela. Lo que sí se tambalea es el programa de fiestas que se celebra todos los años a finales de junio con variados actos, como el tradicional bautizo pixueto, que suele congregar a mucha gente en un entorno pequeño, la popular Fuenti´l Cantu.
"Hasta que no se sepan las directrices para todos, tenemos que esperar", aclara. En la comarca ya se han empezado a suspender fiestas y encuentros que, de una forma o de otra, facilitan las aglomeraciones. En Cudillero, prefieren esperar para tomar la decisión. Este año la comisión de fiestas está en manos de una nueva directiva que trataba de hacer cambios. Entre ellos, trasladar las verbenas de la plaza de San Pedro a la plaza de la Marina u organizar conciertos por la tarde.
