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"No prohíbo flores en el cementerio, lo quiero guapo", dice el cura de Bárcena

Alejandro Fuentevilla, cuyos feligreses no van a misa en protesta por retirar las plantas, asegura que desea limpiar y arreglar el camposanto

"No prohíbo flores en el cementerio, lo quiero guapo", dice el cura de Bárcena

Conseguir que los cementerios estén limpios, organizados y "guapos" es el empeño que tiene el párroco de Bárcena del Monasterio, en Tineo, quien también lleva otras parroquias del concejo. Alejandro Fuentevilla confiesa que en su forma de trabajar prioriza las labores de mantenimiento de los camposantos por encima de las propias iglesias porque "se merecen un respeto, es donde están los restos mortales de gente querida".

Con ese objetivo, a mediados de mayo inició una limpieza profunda del cementerio de Bárcena del Monasterio en la que, entre otras actuaciones, retiró todas las flores de los nichos y las tiró a la basura. Una acción que indignó a una parte de los vecinos de la parroquia que denunciaron públicamente su proceder e hicieron huelga de misas el sábado en señal de protesta.

"Quité las flores porque quiero hacer una limpieza profunda y necesito observar el estado de todas las sepulturas", explica el cura, que insiste en que "no está prohibido poner flores, las quité para hacer algo específico". Su intención de hacer una revisión en profundidad del cementerio la anunció en la celebración de los Santos, en noviembre, pero reconoce que no llegó a concretar cuándo.

Más allá de la polémica suscitada por la retirada de las flores, el plan del cura es cuidar del cementerio y para ello no ha dudado en coger un escobón y limpiar sus calles, fumigar las malas hierbas, sacar residuos acumulados tanto en algún rincón como en los techos de los nichos, donde también se ha subido para limpiar. El siguiente paso de su proyecto será convertir dos zonas de césped, donde no hay enterramientos, en pequeños jardines donde además quiere colocar unos bancos para que quienes acudan a visitar a sus familiares fallecidos puedan tener un lugar donde reflexionar con tranquilidad.

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