La asociación de mayores "Cristo del Buen Viaje" se ocupa desde hace años de gestionar el centro social de Figueras, pero también de promover un programa anual de actividades que es la envidia de la zona por la variedad y la altísima participación de los socios. La crisis del covid-19 también les ha tocado de lleno, obligándoles no solo a cancelar su programación, sino también a cerrar a cal y a canto un equipamiento que ofrece un punto de encuentro fundamental para muchos vecinos.
"Hay que activar la economía, pero también el clima social del vecindario. Que no nos digan que no podemos ir a un centro social con las condiciones higiénicas que se estimen convenientes pero sí podemos ir a una terraza", lamenta el secretario de la asociación de mayores, Fernando García. Explica que el colectivo lleva un mes "peleando" por la reapertura del centro social.
"No paramos de insistir en la necesidad de reabrir el centro porque va a costar mucho que vuelva a funcionar con normalidad. Estamos seriamente preocupados por el estado de abandono en que se tiene a los movimientos sociales y a centros como el de Figueras, que lleva casi medio año sin actividad. Organizar el centro nos llevó más de una década y con estos meses de parón nos obligan a partir de cero", advierte García.
La directiva de la asociación está trabajando estos días codo con codo con el Ayuntamiento de Castropol para encontrar una solución. El concejal de Bienestar Social, Vivienda, Dependencia, Sanidad y Estrategias de Apoyo Social de Castropol, Julio Martínez, explica que lleva semanas en contacto con la Dirección General de Mayores. Al principio le dieron pocas esperanzas de que estos centros pudieran abrir antes del otoño, pero hubo un cambio de planteamiento y se anunció un protocolo para facilitar su reapertura. Sin embargo, el plan previsto por la administración regional va dirigido a los centros sociales que tienen personal propio de la Consejería y deja en una especie de limbo a los que, como el de Figueras, son autogestionados por los vecinos.
Tras mostrar su queja con este planteamiento, en la Dirección de Mayores le pidieron al edil que tanto el Consistorio como la asociación expusieran por carta sus argumentos para hacerlos llegar a Salud y lograr una solución. "Es muy importante que abra el centro social porque la población está muy envejecida y se está viendo perjudicada su salud física y mental", precisa Martínez, que considera que la asociación, con la colaboración del Ayuntamiento, puede sin ningún problema desarrollar un protocolo de seguridad para reabrir el centro.
El secretario de Cristo del Buen Viaje explica que al cierre del centro social se añade otro problema para los mayores del pueblo y es el cierre temporal del centro de salud, lo que les obliga a desplazarse hasta Castropol para recibir consulta médica: "Genera una sensación de soledad y abandono tremendo, pensar que ni podemos ir al médico ni a entretenernos al centro social".
En otro orden de cosas, el centro rural de apoyo diurno de Tol reabrió ayer sus puertas tras el cierre por el covid-19.
