"Espero que hayamos contribuido a hacer más felices las fiestas y las celebraciones de los habitantes de este pueblo maravilloso, que con este reconocimiento nos devuelve hoy tanto cariño. Saber que nuestros productos eran de su agrado es la mejor recompensa a tantos años, a tantas horas y desvelos", señaló ayer la repostera veigueña Fernanda Salvatierra, de la desaparecida Pastelería Santaeufemia, al recoger el premio "Vegadense del año", que cumple 22 ediciones. Desde la asociación "Amigos de Vegadeo y su concejo", que concede anualmente este galardón, destacaron que esta edición del premio pasará a la historia por ser Salvatierra la primera mujer en recibirlo.
"No deja de resultar llamativo teniendo en cuenta que nuestra villa cuenta con muchas mujeres merecedoras de reconocimiento", señaló la secretaria del colectivo, Natalia Riego, convencida de que es un cambio esperanzador. "Esperemos que sea uno de los muchos pasos que nuestra sociedad debe dar para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y el mismo reconocimiento", añadió.
En términos similares se expresó la vicepresidenta del colectivo, Marta Santamarina, al reivindicar la lucha por la igualdad, el liderazgo y el talento femenino. Por eso recordó a todas las veigueñas que "en labor silenciada y continua a lo largo de la historia, ayudan a tirar del carro de la cultura, de la tradición y de la conservación y difusión del patrimonio local". Aprovechó además la ocasión para pedir a los jóvenes que se involucren en la misión de "Amigos de Vegadeo y su concejo" y echen una mano en la labor de conservación y difusión de la historia y cultura local.
Volviendo a la galardonada, Salvatierra defendió como "un honor" el reconocimiento del pueblo y lo dedicó a su marido, que, junto a su hermana Neuma, puso en marcha Pastelería Santaeufemia hace medio siglo, dando continuidad al oficio de su padre. Agradeció a la asociación "Medalla Milagrosa" que la propusiera para el premio y también dio las gracias a todas las personas que pasaron por la pastelería. "Mi mayor satisfacción es pensar que esos sabores y esos aromas han permanecido hasta hoy en la memoria de sus paladares. Mi mayor deseo, que la pastelería que durante años fue mi hogar, haya servido para llevar el nombre de Vegadeo a otros lugares", añadió la pastelera en un acto, con aforo reducido a consecuencia del covid-19.
