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"Vibran los cristales", dicen en Salas sobre las voladuras de las obras de la autovía

Los residentes de Casazorrina se llevan un gran susto al salir despedida una piedra de 30 toneladas al medio de la carretera

La piedra, en medio de la carretera, el lunes. REPRODUCCIÓN DE S. ARIAS

Las obras de la autovía Oviedo-La Espina en Salas tienen en un sinvivir y susto permanente a los vecinos de la zona debido a las voladuras frecuentes. El último ejemplo, el lunes. "Cuando sentí el golpe pensé vaya lo que debió de caer ahí porque menudo estruendo, vibraban los cristales de las ventanas".

María Ángeles Álvarez, vecina de Casazorrina (Salas), fue testigo del desprendimiento de una piedra de gran tamaño de las obras de construcción de la Autovía Oviedo-La Espina. El pedrusco cayó a la carretera nacional 634, cerca de la localidad, debido a las voladuras que se están ejecutando para hacer la caja de los nuevos viales. Por suerte no hubo que lamentar daños personales ni materiales, pues el tráfico de la nacional estaba cortada para ejecutar los trabajos.

El desprendimiento se produjo en las primeras horas de la tarde. Las sirenas de la obra de la autovía dieron aviso del inicio de las voladuras y los operarios procedieron a cortar la carretera nacional. Unas detonaciones que se escucharon también en otros pueblos cercanos como en San Andrés. "Se sintió a unos 8 kilómetros, al oír el ruido pensé qué sería porque en fiestas no estamos, pero luego noté una pequeña vibración y ya me di cuenta", dice Paco García.

Y, al poco tiempo, cayó la piedra, cuyo impactó se notó en Casazorrina. "Fue un ruido muy, muy grande y pensé eso lleva más de 100.000 kilos por lo menos", comenta Carlos Álvarez, vecino del pueblo. Y, por curiosidad, se acercó hasta allí por el tramo del Camino de Santiago. "La piedra era gigante, eso no lo para ni un barco y menos cayendo rodando a toda velocidad", añade. Rápidamente, la dirección de la obra envió operarios para retirar la mole, que picaron en la propia calzada debido a su gran tamaño "porque no había paso ni para arriba ni para abajo".

En cuanto se controló la situación, se habilitó un carril en la nacional para el paso de los vehículos pues se había formado una gran caravana. "Era muy voluminosa, para pesar 30 toneladas tranquilamente, y comenzaron a picarla allí mismo, estuvieron trabajando toda la tarde y la noche", señala el alcalde de Salas, Sergio Hidalgo. Tal fue la efectividad de los trabajos que ayer por la mañana ya no había restos de la piedra y el tráfico fluía sin problema por la nacional.

La rapidez en la retirada de la mole y la seguridad durante las voladuras y trabajos que están ejecutando en las cercanías del pueblo son el punto que más valoran los vecinos.

"Lo tienen todo muy bien controlado, hacen cortes cuando las voladuras y no pasa nada", entiende María Ángeles Álvarez. "En una hora ya estaban rompiendo la piedra para abrir la carretera", añade Carlos Álvarez.

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