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El dibujante Javi Guerrero, para siempre en Yerbo

"Fue muy emotivo", celebra su hermano del homenaje de los vecinos del pueblo tinetense donde una plaza lleva su nombre

José Manuel López Guerrero, José Antonio Álvarez y Lucía Nosti, descubriendo la placa en Yerbo. ANA M. SERRANO

El ilustrador Javier López Guerrero, conocido en el mundo artístico como Javi Guerrero, tiene ya su lugar en Yerbo. Aunque Guerrero nació en Alemania y hasta su fallecimiento el pasado abril residía en Gijón, siempre estuvo muy ligado al pueblo tinetense, del que era originario su padre. El vecindario organizó el sábado un acto sencillo para nombrar una plaza con su nombre y recordar para siempre al artista, fallecido durante el confinamiento, a los 53 años.

"Ha sido un acto espontáneo de los amigos, algo muy emotivo", señaló su hermano José Manuel, que es director general de Personal Docente del Principado. "Yerbo le gustaba especialmente y llevaba el pueblo en muchas de sus obras", añadió a preguntas de LA NUEVA ESPAÑA.

Uno de los promotores del homenaje, José Antonio Álvarez, leyó un discurso en recuerdo del fallecido, recordando que entre Yerbo y Navelgas, donde trabajó como peluquero, inició Guerrero su faceta de dibujante "creando esos personajes humanos y faunísticos que tanto nos han hecho reír y también pensar".

"Todos tenemos un pueblo en la trastienda de nuestra existencia y Yerbo, sin duda, era el de Javi", dijo Álvarez, que hizo hincapié en que la pandemia impidió a los vecinos despedirse de su ilustre vecino. "Javi se fue en plena pandemia, lo que no nos permitió ni despedirnos de él. Se dejaba querer. Nos dejó a todos huérfanos de su arte y su ingenio, más pobres desde entonces", añadió.

Algunos de los asistentes al evento, entre ellos la que fue su pareja Lucía Nosti, lucían una camiseta en homenaje a Guerrero. Se trata de una prenda diseñada por el artista Goyo Rodríguez que estaba pensada como regalo de cumpleaños para el fallecido. El empeoramiento de su estado de salud impidió la fiesta, pero decidieron poner a la venta la prenda y destinar los fondos recaudados para organizar, cuando la pandemia lo permita, una exposición que repase su trayectoria.

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