Los ganaderos de Cangas del Narcea pudieron encontrarse ayer de nuevo en el mercado de ganado de la Imera para celebrar la feria de San Mateo, la primera de las cinco grandes del concejo que se puede celebrar este año marcado por las restricciones de la pandemia. La principal queja entre los asistentes era hacia la crítica situación que está atravesando el sector de la carne en la actualidad.

"El mercado de la carne está desastroso, hay movimiento pero los precios son de risa y el ganadero profesional va muy ajustado para hacer frente a los gastos de la vida", asegura el ganadero cangués Miguel Ángel Martínez, que explica que las ganaderías no están cebando animales por el coste que supone y cree que en unos meses eso se traducirá en escasez de carne. "Con la incertidumbre de los precios nadie se arriesga a engordarlos para perder dinero", añade.

Las mismas sensaciones tienen los hermanos Roberto y Diego Martínez, que llevaron a la feria dos terneros y aseguran que nadie les preguntó por ellos. "No cubres gastos si los cebas en casa", aseguran. La feria reunió a medio centenar de cabezas de vacuno y una treintena de cerdos y en ella se cerraron pocas ventas. "Hubo poco ganado y pocos compradores, además no dejaron entrar a los particulares que podían comprar animales para cebar en casa, comparados con otros mercados aquí pusieron unos requisitos impresionantes", se quejaba el ganadero Manuel Hidalgo.

Al recinto ferial solo pudieron entrar ayer profesionales y en el registro de entrada se calculó que fueron 200 personas las que pasaron por la feria. La concejala Ada Riesco explicó que el requisito de que solo se abriese la feria a profesionales viene exigido por Sanidad.

Los vendedores de cerdos tampoco tuvieron una buena feria. Daniel Fernández aseguraba que no lo esperaba y que decidió acudir a la cita para mantener la tradición.