El cementerio parroquial de Bárcena del Monasterio, en Tineo, luce un nuevo aspecto tras la intervención del párroco Alejandro Fuentevilla. El espacio se sometió a una limpieza en profundidad, también se pintaron las paredes interiores, se adecuaron las zonas verdes enmarcándolas con listones de madera para evitar que la tierra saliese a los pasillos y cubriéndolas con una malla y grava blanca para impedir el crecimiento de la vegetación, asimismo en esas zonas se colocaron maceteros con flores. Además, en la entrada del cementerio se retiró un árbol de grandes dimensiones que hacía temer que dañase algunos nichos y ahora sobre su tronco se colocó una columna y la estatua de un ángel.
La actuación, emprendida en mayo por el cura, comenzó con polémica, puesto que retiró todas las flores del cementerio y las tiró a la basura, lo que no gustó a parte de los vecinos. El pasado sábado se hizo un responso en el cementerio para mostrar el resultado del trabajo y "la gente que asistió valoró que esté más limpio y cuidado", aseguró Fuentevilla. "La idea es que sea un lugar tranquilo, digno y de descanso para encontrarse con los difuntos", explica el cura.
En la localidad franquina de Arancedo están estos días ultimando las obras de mejora del cementerio. Esta actuación busca rematar los trabajos efectuados hace un lustro, cuando se mejoró el cierre perimetral y la capilla de la iglesia. En este caso, las obras pasan por nivelar y hormigonar el suelo del camposanto.
La actuación, con un presupuesto que ronda los 20.000 euros, es posible gracias a la aportación de los 105 propietarios y a un "donativo importante" del diplomático Enrique Iglesias, natural de esta localidad y que siempre respalda las iniciativas vecinales. Desde la comisión vecinal que ha coordinado las obras también destacan el apoyo del párroco Francisco Javier Fernández, que les animó "a tirar para adelante", y la colaboración prestada por el Ayuntamiento de El Franco.
