"Hay mucha preocupación y cabreo entre la gente", precisa una vecina de la localidad castropolense de Berbesa, que acaba de perder una oveja en un ataque de lobo. No es el primero que se registra en la zona, pero llama la atención su proximidad al mar, ya que la finca donde se registró el suceso está a 500 metros de la ría del Eo.

Cuenta la afectada que en lo que va de año tiene constancia de al menos otros cuatro animales muertos en las inmediaciones de Berbesa y otros cinco en el núcleo de A Soma. "Lo que más miedo me da es que está entre las casas, temo encontrarme con él o que ataque a una persona", señala esta vecina, muy preocupada por la situación.

En su caso, la oveja muerta estaba en una finca vallada y el animal se ocupaba básicamente del mantenimiento del terreno. El ejemplar tenía seis años y, casualmente, hacía dos días que habían adquirido otro animal más. "A la nueva la encontramos pegada a los restos de la otra, pobrecita", lamenta.

Estos ataques se suman a los registrados hace unos días en el vecino concejo de Tapia. En concreto, en la noche del jueves al viernes de la semana pasada el lobo mató cuatro ovejas en la localidad de El Valle de San Agustín. El lobo accedió a una finca, también vallada y pegada a las viviendas. Asimismo, en la localidad tapiega de El Viso, muy cerca de la costa, se registró en la misma semana otro ataque con el resultado de dos ovejas muertas.

El castropolense Álvaro Queipo, diputado del PP, fue informado por sus vecinos del reciente caso en Castropol y lamentó que el problema del lobo esté "fuera de control" en Asturias. "El lobo no puede estar en la costa", precisó Queipo. Los populares indican que están a disposición del Gobierno del Principado de cara a negociar la actualización del plan del lobo, pero piden al ejecutivo regional que afronte el asunto "con voluntad de atajar" la situación.

"Deben llevarse a cabo las extracciones necesarias. El problema del lobo no es exclusivo de la costa, sino que es de todo el Occidente, pero hay zonas en las que el lobo no debe estar y otras en las que se prevé que exista, pero debe poder convivir con la actividad ganadera y con los vecinos", incide Queipo, que recientemente visitó el concejo de Villayón, donde recogió la preocupación de los vecinos por la presión del cánido.