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El banco de la rula virtual cumple una década

"Debe seguir siendo el termómetro de lo que pasa en Tapia", dice Encarna Pola, con un grupo en redes sociales de 5.400 usuarios

La tapiega Encarna Pola, sentada en el banco de la rula de Tapia. T. CASCUDO

La tapiega Encarna Pola siempre disfrutó buscando asiento en el banco de la rula y escuchando el sinfín de conversaciones que volaban de boca en boca. Por eso, hace ya una década, cuando aún no abundaban los grupos en las redes sociales, se animó a crear en Facebook un "banco virtual" que hoy supera los cinco mil usuarios y en el que se comparten desde fotografías del concejo a reclamaciones para mejorar un territorio, Tapia, que todos sienten como suyo.

"Me sentaba aquí con mi madre, sobre todo en verano, y el rato en el banco era de lo más entretenido. Era punto de reunión, como La Guardia y el Mentidero, y siempre tuve claro que era una pena que se perdiera esta costumbre, así que quise reproducir virtualmente esa vivencia", reflexiona Pola. El grupo fue creciendo y a día de hoy cuenta con 5.479 miembros, lo que supone una gran carga de trabajo para la administradora. Reconoce disgustos, pero también muchas alegrías y, por eso, esta primera década de actividad le deja buen sabor de boca. Sobre todo por los mensajes de ánimo que recibe de personas que, desde la lejanía, regresan de algún modo al pueblo de sus amores a través de este grupo en redes sociales.

"Intento no ser muy censora y, cuando hay conflicto, esperar un poco, porque hay cosas que se controlan de forma natural; pero, a veces, no queda más remedio que intervenir", señala Pola, que ha sido testigo de como el grupo "En el banco de la rula/ Nel banco da rula" se ha convertido en un espacio al que acudir para descubrir lo que se cuece en Tapia. Entre los momentos amargos recuerda la polémica del año pasado a raíz de la queja del entonces párroco por la escenificación del entierro de la sardina o también el enfrentamiento por lo ocurrido en las fiestas de este año. Del otro lado, recuerdos de la difusión que tuvo el suceso de la ballena que varó el verano pasado en la cala de El Figo y finalmente falleció. Poco más y genera un conflicto "por las reclamaciones de diferentes concejos para quedarse los huesos del cetáceo".

"Siempre intento decir que el banco es de todos y tiene que dar la opción de que cada uno pueda vivir lo que Tapia es para él. Hay que tener en cuenta que tenemos mucha gente de fuera que quiere tanto a Tapia como los de aquí", precisa la administradora. Tirando de estadística, llama la atención que de los más de cinco mil usuarios, un total de 1.530 sean de Oviedo, superando a los tapiegos que suman 1.000. No faltan gijoneses, madrileños, ribadenses y hay un grupo destacado de vallisoletanos. En total, en el banco confluyen personas de 42 países y hay un nivel muy alto de actividad diaria.

Lo que sí le gustaría es que subiese la participación porque "el banco lo hace todo el mundo y tiene que estar vivo". También desea que la gente mayor se anime a aportar cosas, así como los profesionales ligados a la ganadería y a la pesca, que forman parte fundamental del concejo. Pola, que además creó una emisora dentro del grupo (radio Ribeiría) para hablar de la agenda del concejo, tiene claro que el banco "debe continuar siendo el termómetro de lo que pasa en Tapia". En este sentido, anima a los vecinos a dejar a un lado las diferencias y a conservar la retranca tan singular de los tapiegos.

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