"En el resto de áreas sanitarias de Asturias el cribado del cáncer de mama ha continuado, pero aquí ya no es que sea deficitario, es que se ha parado. Es lógico que nos sintamos discriminadas", denuncia una naviega de 51 años a la que el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa) debió llamar el año pasado para someterse al programa destinado a prevenir el cáncer de mama. Salud reconoció, tras la denuncia de la plataforma "Salvemos nuestro hospital", la parálisis de este servicio en el hospital de Jarrio y se comprometió a solventar el problema "de forma rápida".
Desde el departamento que dirige María Concepción Saavedra justificaron las causas de la parálisis en la falta de profesionales y en el contexto de la pandemia. Sin embargo, para la plataforma "Salvemos nuestro hospital" esta explicación "es una tomadura de pelo". Según su información, el programa se paró en septiembre de 2019, medio año antes de que se decretara el estado de alarma a consecuencia del covid-19. "En el resto de Asturias no debió haber pandemia porque no lo pararon", apunta Carlos López, portavoz de este colectivo creado por el PP para reclamar mejoras en la gestión del hospital de Jarrio.
López cree que el segundo argumento, el de la falta de profesionales, tampoco es "una causa admisible para detener un programa de cribado". Considera que si no hay personal para la plaza definitiva, se puede recurrir a interinos en lugar de privar a las mujeres del Noroccidente "de un derecho sanitario". En este sentido, toda vez que las plazas vacantes se han cubierto en la última oferta pública de empleo de radiología, "Salvemos nuestro hospital" no entiende por qué el cribado no se ha retomado automáticamente: "Si las plazas están cubiertas no entendemos por qué no se han puesto inmediatamente a hacerlo sin esperar a que la plataforma haya salido a denunciarlo. ¿Si no hubiéramos salido el programa seguiría parado?".
El portavoz del colectivo muestra su "total desconfianza" ante el anuncio del Sespa de que se retomará la actividad en el corto plazo: "Son palabras tibias y no se concreta ninguna fecha". La plataforma ha puesto además el acento en la "infrautilización" del mamógrafo con tomosíntesis donado en enero de 2018 por Amancio Ortega . Y es que, el hospital de Jarrio recibió hace dos años uno de los cuatro aparatos que el dueño del gigante Inditex donó al Sespa. "Amancio Ortega donó el mamógrafo para que las mujeres del Occidente tuvieran los mismos derechos que el resto de los asturianas, no menos", incide el colectivo.
La plataforma sanitaria insiste en que es importante no solo retomar el servicio, sino recuperar la lista de espera y citar a todas las mujeres pendientes de ser llamadas desde que se paró el programa. El colectivo cifra el número de mujeres en espera en el entorno de las cuatro mil. Según los datos que maneja, Jarrio citaba cada semana a unas cien mujeres de entre 50 y 69 años a las que sometía a una mamografía preventiva que se repetía con carácter bienal.
Entre las afectadas, hay quien ha optado por hacerse la prueba en la sanidad privada. Es el caso de la naviega de 51 años a la que el hospital debió llamar en 2019. "Es verdad que es una prueba de carácter preventivo, pero hay muchos casos en los que si quieres resolver la situación rápido debes recurrir a la privada", lamenta. Por suerte para ella, los resultados médicos de la prueba fueron positivos.
Otra de las afectadas por esta parálisis es una mujer vecina de Valdés, de 51 años, que también pone el acento en la discriminación que están viviendo las mujeres del Área Sanitaria I. "Esperaré unos tres meses más a que me llamen, pero si no, me haré la prueba de manera privada. Es algo que no te preocupa porque no tienes nada, pero cuando la administración deja de cumplir su función es el ciudadano el que se tiene que salvar", incide.
Cabe precisar que la parálisis denunciada afecta a las mamografías que se hacen dentro del programa preventivo que cita a mujeres sanas. Las pruebas a mujeres con alguna sintomatología se realizan con normalidad.
