La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cangas tiene el cura más joven de Asturias, de 28 años y a cargo de 10 parroquias

El párroco de Piantón (Vegadeo), de los más veteranos del Occidente, se jubila tras 47 años

Miguel Vilariño, en la basílica de Cangas del Narcea.

La unidad pastoral de Cangas del Narcea ha incorporado un nuevo cura, Miguel Vilariño, natural de Oviedo, que llegó al concejo a principios del mes de octubre, después de haber sido ordenado sacerdote en septiembre. En la actualidad, es el párroco más joven de Asturias, con 28 años, y ya desde verano conocía que su primer destino sería el concejo cangués. No obstante, este no es su primer contacto con las parroquias rurales, puesto que el pasado año trabajó como diácono en Moreda.

Vilariño se muestra contento con sus actuales responsabilidades, aunque nota que es muy diferente a su estancia en Moreda. En Cangas del Narcea está al cargo de una decena de parroquias ubicadas en la zona de Sierra y El Acebo y lo que más le llama la atención son las largas distancias y el tipo de carreteras.

“En Moreda nos movíamos en un radio de entre 12 y 13 kilómetros y pasábamos por tres parroquias. Aquí están más alejadas, pero no es ingrato, porque la gente que vive aquí también tiene necesidad”, explica.

Aunque la situación sanitaria por la pandemia está limitando las relaciones sociales, Vilariño señala que ya tuvo sus primeros contactos con las parroquias a su cargo durante las celebraciones de Todos los Santos y los Fieles Difuntos. Una primera conexión con los feligreses que asegura que le deja “contento y con ganas de seguir trabajando”.

Considera que la clave de la Iglesia es “estar con la gente y transmitirles la palabra de Dios con cercanía, sencillez y humildad”. A eso aspira él como sacerdote, cuyo objetivo debe ser “intentar ser como Jesús, para llegar a la gente como él llegó”.

Miguel Flórez, hace unos meses, en Piantón.

“Añoro a la gente”

Y del cura más joven, a uno de los veteranos del Occidente, Miguel Flórez, que, a punto de cumplir los 88 años, se acaba de jubilar. Ayer, atendió la llamada de LA NUEVA ESPAÑA, desde la casa sacerdotal de Oviedo, donde se restablece tras un problema reciente de salud. “Me va bastante bien, estoy recuperándome”, confesó el párroco de Piantón (Vegadeo) durante los últimos cuarenta y siete años. “Echo de menos a la gente. Ahora estoy retirado del todo y estoy hecho un holgazán. Me dedico a comer, dormir y rezar algo”, explica don Miguel, como le conocen cariñosamente sus feligreses.

Además de atender la parroquia de Piantón, donde residía, se ocupaba de algunas otras de Vegadeo y Castropol. Ahora, el Arzobispado ha decidido que los curas de Castropol, Taramundi y Vegadeo asuman sus competencias.

Así las cosas, el cura de Castropol, Juan Ignacio García, se hará cargo de la parroquia castropolense de Seares, mientras que el de Vegadeo, Víctor Cedrón, ha ampliado territorio. Además de atender la iglesia de la capital veigueña y las parroquias de Abres, Guiar, Montouto y Paramios, ha asumido San Tirso de Abres, que hasta ahora dependía del párroco taramundés y Arcipreste del Eo, José Luis Rodríguez. Este último, se trasladará a vivir a Piantón, a la casa rectoral que ocupó Miguel Flórez durante los últimos años, y compatibilizará la atención a las parroquias taramundesas con las veigueñas de Piantón, Meredo, Molejón. También llevará las castropolenses de Presno y Balmonte.

“Estoy conociendo las parroquias nuevas . Lo más difícil es encajar las horas de las misas”, confiesa Cedrón. Asumiendo los nuevos cambios también está el párroco taramundés, al que los feligreses de San Tirso preparan un reconocimiento, tras veinte años en el concejo. Ante la imposibilidad de organizar un homenaje a la antigua usanza, los colectivos “San Tirso del Eo” y “San Salvador” están haciendo una colecta para comprarle un detalle y agradecer su labor.

Compartir el artículo

stats