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Caza de brujas en Degaña

Natalia Monje recupera en su libro “Mala cosecha” el asesinato de María Pérez en 1837 a manos de unos vecinos que le atribuían hechizos

Natalia Monje, con su libro “Mala cosecha” y su premio.

Los archivos y hemerotecas esconden pedazos de historia de los pueblos que en muchas ocasiones, por terroríficas, se quedan ancladas en el pasado y son desconocidas por las siguientes generaciones. Es el caso de una “caza de brujas” que se vivió en Degaña en 1837 y que ha rescatado del olvido la periodista e historiadora coruñesa Natalia Monje en su libro “Mala cosecha”, ganador del IX Premio internacional Juan Antonio Cebrián de divulgación histórica. La obra describe varios acontecimientos ocurridos en pueblos y ciudades de toda España que muestran los miedos colectivos que aterraron a nuestros antepasados y que en muchos casos condujeron a la comisión de crímenes atroces.

En Degaña la caza de brujas se produjo contra una sola mujer: María Pérez Cadenas, una sexagenaria viuda que vivía en la absoluta pobreza con su hijo, su nuera y dos nietos. Su fatal desenlace llegó la noche del 29 al 30 de noviembre de 1837, a manos de unos vecinos que la acusaban de llevar dentro al maligno. Aunque en España las persecuciones por parte de la Inquisición a las consideradas brujas habían acabado un siglo antes, durante el siglo XIX se mantuvo un acecho no oficial a mujeres a las que se les creía capaces de realizar hechizos. En su mayoría, personas pobres, ancianas y enfermas.

La escritora dio con la historia de esta vecina de Degaña en las páginas de un periódico de marzo de 1838, cuando se iniciaba el juicio contra sus asesinos. En las líneas de ese artículo se recogía cómo María Pérez Cadenas era considerada bruja por sus vecinos, quienes solían acudir a agasajarla con alimentos cuando algún familiar caía enfermo para tenerla contenta, creyendo que así acabarían con la dolencia. Pero cuando la enfermedad no remitía, los regalos y buenas palabras se tornaban en amenazas.

De este modo, cuando cayeron enfermas dos personas pertenecientes a familias adineradas del pueblo, sus respectivos familiares emprendieron el ritual de acudir a la que creían bruja para pedir que les devolviese la salud. Al ver que no conseguían resultados, tres jóvenes de ambas familias acudieron a la choza donde vivía María Pérez con su familia, la sacaron de la cama y en la misma puerta la degollaron, lanzando luego su cuerpo a un cercado contiguo donde, según recoge la noticia, permaneció seis días a la vista de todo el pueblo.

Natalia Monje asegura que este no es un hecho aislado y en su libro recoge casos similares, como otro asesinato en un pueblo extremeño y numerosas agresiones en Cataluña. “En estas historias vemos a familias acomodadas que emprenden cazas de brujas por su cuenta, nos muestran un reflejo de la sociedad del momento en temas de clases y de género”, explica.

La obra no solo habla de brujas, sino que hace un repaso por otros personajes que infundían terror. Narra otro suceso acaecido en Asturias, el del conocido como “vampiro de Avilés”, Ramón Cuervo, que en 1917 mató al niño Manuel Torres al clavarle un cortapluma en el cuello para chuparle la sangre. En ese momento existía la creencia de que la sangre de niño curaba enfermedades como la tuberculosis.

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