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El cura de Cermoño (Salas) amenaza con cerrar el cementerio por los daños sobre dos tumbas

El párroco advierte a los feligreses por los desperfectos, siempre en las mismas sepulturas: “Soy abogado; la próxima vez denuncio y veré quién fue”

Arturo García, cura a cargo de quince parroquias de Salas, suele comunicarse con sus feligreses vía Whatsapp. Tanto da que sea para recomendar la lectura de un salmo que para echar una regañina. Esto último es lo que hace en uno de los recientes mensajes remitidos a través de la red social. Aunque lo cierto es que en esta ocasión es por un asunto grave: los daños que de manera recurrente se vienen produciendo en dos tumbas del cementerio de la localidad de Cermoño, ambas propiedad de una misma familia.

El párroco no solo pide que cesen estos actos contra las sepulturas, que considera intencionados. También ruega encarecidamente a los fieles que se lleven bien, en la medida de lo posible, aunque si no son capaces de hacerlo, les advierte de que sus disputas tendrán que producirse “fuera del cementerio y de la propiedad de la Iglesia”.

El mensaje, que lleva por encabezamiento: “Nota informativa importante para Cermoño”, comienza señalando que le han avisado de que “se vienen sucediendo distintos daños en las tumbas número 28 y 40 del cementerio”. “Ser solo en estas dos sepulturas y del mismo propietario delata que es un acto intencionado contra esta familia en particular. Pido que cesen inmediatamente dichos actos”, añade.

Luego hace una seria llamada de atención, en la que, recuerda, además de cura es licenciado en Derecho, carrera que estudió cuando ya había tomado los hábitos. “En caso de que se vuelvan a producir (estos hechos) tomaré cartas en el asunto”, señala, para concretar a continuación cuáles son las opciones que baraja. Entre ellas, “amén de cerrar el cementerio con llave, interpondré la preceptiva denuncia y como abogado que soy, tiraré del asunto hasta descubrir quien fue”, prosigue.

El final del mensaje es un rosario de advertencias: “Así pues, que no se vuelva a repetir. Y mirad, siendo actos contra estos propietarios en particular, yo deseo que todos os llevéis bien y demás. Pero si no puede ser, haceros el daño el que queráis, pero fuera del cementerio, fuera de la propiedad de la Iglesia. Amén de dejar a los muertos en paz. ¡Avisado queda! Correr la voz y saludos a todos”.

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