Según explican sus vecinos y familiares, el joven estaba intentando hacer fuego en la cocina de leña y al parecer para avivarlo decidió echar un poco de alcohol. Ese gesto hizo que el bote se inflamase y, al verlo, José Manuel Álvarez lo pisó instintivamente para intentar apagarlo. Fue en ese momento cuando el fuego saltó a su ropa sin poder hacer nada para apagarlo. Sus padres estaban en casa y, según cuenta su familiar y vecina, Elena Combarro, le quitaron la ropa, pero para entonces “ya estaba muy quemado, fue todo muy rápido y terrible”.
A pesar de las quemaduras, José Manuel Álvarez se mantuvo en todo momento consciente hasta la llegada de la ambulancia, incluso salió de su casa por su propio pie. La ambulancia, después de realizarle unas primeras curas en el mismo pueblo, lo trasladó al hospital comarcal Carmen y Severo Ochoa de Cangas del Narcea y de ahí, esa misma tarde, fue derivado a Oviedo, al HUCA. Finalmente, el domingo por la mañana se decidió su traslado a la Unidad de Quemados del hospital de La Paz de Madrid, donde falleció.
José Manuel Álvarez era hijo único y vivía con sus padres en Genestoso, donde les ayudaba con la ganadería. “Los padres están destrozados, estaban muy unidos, eran inseparables, no hay palabras para describirlo, no puede tocarte otra cosa peor que perder a un hijo”, lamenta Elena Combarro.