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Kiwi Atlántico quiere llegar a cultivar veinte hectáreas en la vega de Belmonte

La empresa podría alcanzar una producción anual de 500.000 kilos en la zona de San Bartolomé si los promotores logran adquirir los terrenos

Cosechadores de kiwi, a principios de este mes, en una finca de la vega de Repolles (Pravia). | S. Arias

Kiwi Atlántico, interesada en los terrenos de la vega del Narcea a la altura de San Bartolomé (Belmonte de Miranda), podría llegar a producir 500.000 kilos en la zona si llegar a concretar las operaciones de compra para adquirir un total de 20 hectáreas para cultivo. Es el cálculo que sale de las previsiones de los promotores, que estas últimas semanas han seguido manteniendo contactos con propietarios para avanzar en el proyecto. El planteamiento inicial era contar con unas diez hectáreas para cosechar 250.000 kilos, si bien, a futuro, la compañía desea doblar esas expectativas siempre que sea posible.

Ya cuentan con interesados en vender o alquilar sus terrenos, aunque todavía no han llegado a sumar el número mínimo de hectáreas necesarias para la viabilidad de la plantación, que estiman entre 10 y 12. Pero se van aproximando. El objetivo ideal, sostienen, sería llegar a las 20 hectáreas.

“Estamos con llamadas y contactos”, explica Celso Pérez Darnís, socio desde hace 35 años de Kiwi Atlántico, empresa que es pionera a nivel nacional en la producción y comercialización de kiwi, que se constituyó en 1988 con la unión de 30 kiwicultores de Galicia y Asturias.

El sistema minifundista en el Principado, muy parcelado, obliga a los kiwicultores a realizar decenas de compras de fincas hasta poder conformar una extensión mínima para iniciar la producción. Así ocurre en Pravia y el mismo obstáculo hay en Belmonte. De ahí que vayan a solicitar una concentración parcelaria privada una vez que dispongan de los terrenos. “Hace 20 años con dos hectáreas empezabas pero el sector ha cambiado”, señala Pérez.

El interés por la vega belmontina viene dado de sus condiciones óptimas de suelo y, también, por el clima. Antes no era así: las vegas más altas no eran consideradas para la producción pero el cambio climático ha modificado, entre otros, la temperatura de la zona, haciéndola favorable al cultivo. “Las condiciones climáticas son muy importantes y ya no hace tanto frío en invierno; las vegas que están más arriba, más interiores, ya no son tan frías y tienen posibilidades”, explica.

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