El ribeiro de Represas, en la capital tapiega, sufrió esta semana un nuevo desprendimiento. La barrancada produjo la caída de una buena cantidad de materiales sobre la zona de playa, sin que hubiera que lamentar daños personales, ni materiales.

Este argayo se produjo en la única zona de roca en la que no se ha efectuado ninguna labor de consolidación del acantilado, ya que hay dos tramos importantes en los que se actuó entre 2008 y 2009 y en 2015, cuando Costas invirtió medio millón de euros. Esta última obra permitió evitar nuevos daños en la carretera que discurre por la zona alta, en pleno Camino de Santiago y una zona de mucho tránsito tanto de peregrinos (el albergue está en Represas) como de vecinos.