La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El comercio de Ribadeo languidece con el cierre fronterizo: “No somos nada sin los asturianos”

“Las restricciones nos están haciendo mucho daño”, lamentan los negocios de la villa lucense, que echan de menos al cliente del otro lado del Eo

La veigueña Susana Fernández, colocando artículos en su tienda. | Tania Cascudo

“No somos nadie sin Asturias. Lo sabíamos, pero ahora empezamos a notarlo de verdad”, señala Juan Antonio Andina, que regenta una tienda de complementos de moda en una de las arterias principales de la villa lucense de Ribadeo. El hecho de que Asturias mantenga cerradas sus fronteras por el covid-19 e impida desplazarse entre comunidades, salvo excepciones, está golpeando donde más duele al pujante comercio ribadense, que calcula que más del sesenta por ciento de su clientela procede del otro lado del Eo.

David Casariego, tras el mostrador, en su local de alimentación.

“Se nota muchísimo su falta, en las tiendas y en el ambiente en la calle”, repiten los comerciantes consultados por LA NUEVA ESPAÑA, muchos de ellos con origen en el Principado. Es el caso de Ana Abad, oriunda de Figueras, aunque vecina de Ribadeo. En su tienda de ropa cuenta con clientela habitual de Avilés, Oviedo, Gijón…Y calcula que de los asturianos depende entre el setenta y el ochenta por ciento de sus ventas. “Las restricciones nos están haciendo mucho daño y conozco a muchos compañeros que se están hipotecando otra vez”, lamenta esta comerciante con más de dos décadas de experiencia.

Además, considera que las medidas implantadas no tienen lógica en la zona porque están obligando a la gente de uno y otro lado del Eo a cambiar su rutina de años: “Creo que no es acertado, porque al final hace que nos mezclemos más con gente con la que no lo hacíamos habitualmente”. En general, es un comentario compartido en la zona de frontera donde el cierre divide a familias y complica el día a día a cientos de personas.

Juan Antonio Andina.

Durante el confinamiento, Abad implantó los portes gratis para facilitar las compras desde Asturias y otras zonas de Galicia afectadas por el cierre perimetral (en suelo gallego el cierre se aplica por municipios). También lo hizo Carmen Fernández, que regenta una tienda de decoración y que se ocupa de llevar personalmente los pedidos al otro lado del Eo. Confiesa que, cuando el presidente asturiano, Adrián Barbón, anunció tras el verano el cierre perimetral del Principado, se le cayó el mundo a los pies porque tenía esperanzas de salvar el año con las ventas de diciembre. “El cierre con Asturias se nota una barbaridad, no solo el comercio, sino que también lo nota el sector de la alimentación”, apunta. Con todo, dice que la campaña le está yendo mejor de lo esperado, aunque lejos “del nivel de otros años”.

Ana Abad.

“Embajada” en Galicia

David Casariego, que gestiona junto a su progenitor, conocido como “Manín”, una tienda de productos tradicionales en pleno centro, lo tiene claro: “Dice mi padre que esta tienda es la embajada de Asturias en Galicia, podríamos poner la bandera asturiana en la puerta. Este pueblo vive de Asturias y, ahora que no están, es fastidiado”.

Lola Méndez, natural de Navia, repite la misma historia que sus compañeros. “Llevo con esta tienda casi treinta años y desde el primer día supimos que Ribadeo sin Asturias no es nada. Nosotros somos veteranos y hay que resistir, pero hay que tener un buen colchón y estar sólido para lograrlo”, señala. Además de la tienda de Ribadeo, regenta otra en Navia donde no se están notando tanto los cambios a consecuencia de la pandemia: “Allí está la cosa más estable y se trabaja más o menos con normalidad, pero en Navia el cliente es más del concejo, en cambio, Ribadeo es zona de paso y tiene mucho movimiento”.

Lola Méndez.

Otra asturiana con comercio en Ribadeo es la veigueña Susana Fernández, que explica que “aquí se vive de Asturias y que esté el puente de los Santos cerrado es muy perjudicial porque la población de Ribadeo no es suficiente para toda la oferta”. Señala que un fin de semana normal la villa ribadense se llena de asturianos, no solo de los pueblos cercanos, sino procedentes del centro del Principado y ahora se echan en falta. En este sentido, Juan Antonio Andina, dice que es un fenómeno especialmente notable los domingos.

Y es que, en Ribadeo existe la tradición de abrir en la jornada dominical, por lo que son muchos los asturianos que aprovechan para pasar el día en la localidad, algo ahora imposible. Andina destaca además las virtudes del cliente del Principado: “No miran los precios, tienen otra forma de comprar, quizás porque están acostumbrados a precios más caros. Si viene un asturiano, se prueba una chaqueta y le gusta, la lleva sin mirar lo que cuesta; el gallego lo mira más”.

“Está siendo una campaña muy pobre y el puente de la Constitución fue penoso”, añade Mónica González, hija de asturianos y dependienta en otro comercio. “Necesitamos que Asturias abra cuanto antes”, añade. Cuenta que la firma de moda para la que trabaja tiene tiendas en Navia y Cangas del Narcea, donde sí están notando más ventas. Por su parte, Luz González reside en Tapia, pero cada mañana va a Ribadeo para abrir su tienda de antigüedades, donde constata la misma realidad: “Se nota muchísimo el bajón, Barbón nos tiene sufriendo”. No solo afecta el bloqueo con Asturias, dice, sino también el que pesa o pesó sobre otras localidades gallegas como Lugo o La Coruña.

El presidente de la Asociación de Comerciantes, Industriales, Servicios y Autónomos de Ribadeo (Acisa) es el asturiano Francisco Iriarte, que no se cansa de repetir lo fundamental que es el cliente asturiano. “Se nota muchísimo el cierre. Esta situación nos está complicando la existencia y estamos temblando por que no se complique más. Además, tampoco las ayudas que recibimos cumplen nuestras expectativas. Estamos muy preocupados”, resume.

Compartir el artículo

stats