Una parte del rehabilitado e histórico cine Goya de Luarca ya es historia. La empresa adjudicataria de la demolición parcial del edificio ha concluido los trabajos. Estas tareas, muy impopulares por tratarse de un edificio público en el que se hizo una rehabilitación millonaria, eran obligatorias tras una sentencia judicial que dio la razón a dos vecinas, quienes demandaron al Ayuntamiento por realizar la reforma sin tener en cuenta parte de la normativa urbanística en vigor.

El alcalde, Óscar Pérez, asegura que ahora queda “mucho trabajo por hacer”. El gobierno municipal tiene claro a qué quiere dedicar el inmueble (auditorio, salas de exposiciones, biblioteca y Casa de Cultura municipal), pero para ello “se necesitará tiempo”. “El interior está muy deteriorado; hay muchas humedades, incluso trozos de paredes cayendo y por eso creo que necesitaremos hacer una obra de envergadura”, lamenta el regidor. Pérez destaca que trata “por todos los medios” de reconducir un proyecto que no inició su gobierno, “pero al que tuvimos que dar sí o sí una respuesta”.

El cine Goya dispone ahora de menos espacio. Los trabajos consistieron en demoler una parte del edificio (el que excedía en volumetría según el fallo judicial), justo en el extremo derecho si se mira el conjunto de frente. Estos trabajos dejaron al edificio sin el ascensor y, por tanto, las plantas no están ahora comunicadas. La concejala de Obras, Sara Fernández, informa que de que se habilitó una estructura para subir y bajar, pero solo se puede utilizar en caso de obra.

La demolición también obliga a redactar un proyecto para hacer la futura reforma del interior. Es por ello que el regidor entiende que no será posible concluir toda la tramitación y las obras en este mandato. Además, la inversión futura para rehabilitar el interior, que se estima cuantiosa, podría necesitar del apoyo de otras administraciones.

El gobierno valdesano estima que se gastaron en la rehabilitación del antiguo cine casi dos millones de euros. El edificio se compró en 2007. Más tarde se organizó un concurso de proyectos de rehabilitación. El Ayuntamiento se decantó por la propuesta de Cecilia Sanchís, que fue supervisado por el equipo técnico municipal. Dos vecinas denunciaron al Ayuntamiento al considerar que la reforma no cumplía con las normas urbanísticas y, tras un largo proceso judicial, la Justicia dio la razón a las demandantes. El Alcalde asegura que ahora se estudian responsabilidades técnicas.