El próximo julio hará ocho años que abrió sus puertas en Taramundi el Centro de Artesanía de Bres, el segundo de este tipo creado en Asturias, el primero en la comarca occidental. El equipamiento, concebido como un centro de creación y venta de productos artesanos, no llegó nunca a lograr un funcionamiento al cien por cien ni llenar sus nueve locales disponibles.
A principios de 2020, con la marcha de la última artesana, cerró sus puertas y lleva un año sin actividad. El Ayuntamiento taramundés se fija para este 2021 el reto de encontrar un nuevo uso para este emblemático edificio. “Estamos en conversaciones con la dirección de Comercio para buscar alguna alternativa, quizás por la vía de la formación. A ver qué ideas pueden surgir para encontrar una nueva orientación”, precisa el alcalde, César Villabrille, que no descarta recurrir a una consultora para definir un nuevo uso.
“Es una pena que esté cerrado. Es un centro precioso”, señala el regidor sobre una iniciativa singular en el que el Principado invirtió casi un millón. Con ese montante se rehabilitó la antigua casona de Villanueva gracias a un proyecto del arquitecto Félix Gordillo.
El Ayuntamiento decidió que el centro se destinara a artesanos ajenos al sector del cuchillo y la navaja, para que no fuera competencia para los talleres. Los nueve locales salieron a alquiler por un precio módico que oscilaba entre los 60 y los 110 euros al mes.
La primera artesana que se instaló fue la veterana del telar Pilar Quintana, ya jubilada. Llegaron a ubicarse otros tres más. De manera paralela, una vez al año, el concejo organizaba una feria de artesanía para divulgar el centro y atraer visitantes. Pero toda la actividad se paralizó en 2020 y el centro lleva un año cerrado a cal y canto.