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Los alcaldes no renuncian a su plan para el corredor del Navia y urgen ver a Barbón

Los regidores lamentan la actitud del Presidente: “Hace meses dijo que tenía la agenda suspendida, pero ahora tiene actos aunque no nos recibe”

Protesta celebrada en Boal, hace un año, para exigir una reforma integral en el corredor del Navia.

Los alcaldes del Alto Navia (Boal, Illano, Pesoz y Grandas de Salime) no se dan por vencidos y urgen por enésima vez una reunión con el presidente del Principado, Adrián Barbón, para reclamar que la obra de la AS-12, que comunica sus municipios, sea una reforma integral en los términos que ellos plantean y no con el plan de la Administración autonómica, menos ambicioso, por tramos y que no incluye cambios en el trazado para ganar tiempo en los desplazamientos, tal y como piden los regidores.

El portavoz de los alcaldes y también regidor de Grandas de Salime, Eustaquio Revilla, asegura que “en su día (es decir, hace al menos cinco meses) nos contaron que el Presidente tenía la agenda suspendida” por la crisis del coronavirus. “Ahora no sabemos qué pasa”, añade Revilla.

Aunque afirma que “no pierden la esperanza” de ser escuchados y de que el Principado modifique sus planes, todos aseguran no entender la postura actual del jefe del Ejecutivo autonómico, que a lo largo de estos meses sí ha participado en otros actos públicos y visitas, es decir, que ha tenido agenda pública. Pese a ello, no dan marcha atrás. “Nosotros seguimos nuestro camino y nada ha cambiado pese al paso del tiempo“, dice Revilla.

Los cuatro ayuntamientos afectados tampoco han recibido una respuesta al recurso contencioso administrativo que presentaron contra la reciente resolución del Principado que anulaba el plan anterior del Gobierno autonómico para la ejecución de la carretera.

Dicho plan, aprobado por el anterior Ejecutivo, sí recogía planteamientos aceptados por los alcaldes. La iniciativa preveía el desarrollo de una reforma integral y completa, no por tramos en anualidades. Y preveía que la financiación se realizase con una especie de peaje en sombra, esto es, la concesión de los trabajos a una empresa que se haría cargo de la inversión. Una vez finalizados los trabajos de la carretera, la concesionaría recibiría un canon anual del Principado.

En los cuatro municipios afectados, donde esta infraestructura es fundamental, los vecinos siguen quejándose de la carretera a diario por su escaso mantenimiento, sus numerosas curvas y el cada vez peor estado del firme, si bien la crisis sanitaria ha apaciaguado en cierta manera la reivindicación social.

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