Hoy habría sido un día de ajetreo y muchos nervios en Villanueva de Oscos. Cada jueves santo la pequeña capital de este concejo de los Oscos se llena de visitantes y vecinos que acuden a presenciar el vía crucis viviente, una de las celebraciones más singulares de la Semana Santa noroccidental. Sin embargo, la pandemia ha vuelto a impedir, por segundo año consecutivo, el desarrollo de esta fiesta de interés turístico. Para evitar caer en el olvido, el Ayuntamiento ha organizado una cita especial: ha sacado a la calle todo el montaje previsto para la ocasión pero, en lugar de figurantes, las escenas se han llenado de fotografías de la última edición que se pudo celebrar, la de abril de 2019.

Varias fotos

“La idea es hacer un homenaje a todas las personas que colaboran. Queremos que la gente que venga a visitarnos y también los vecinos disfruten del ambiente del vía crucis a través de esta exposición”, precisa el Alcalde, Abel Lastra, satisfecho con el resultado de esta propuesta. Estuvieron esperando hasta el último momento por si fuera posible celebrar la cita pero, ante la imposibilidad de llevarla a cabo, apostaron por “algo diferente”. Esta propuesta busca también lanzar un mensaje de esperanza a los vecinos y que la gente sepa “que seguimos trabajando y que esperamos que el año que viene se pueda recuperar el vía crucis”.

El consistorio ha dispuesto el itinerario habitual de la cita, que cada año cuenta con alrededor de doscientos voluntarios para representar la Pasión según San Marcos. Las escenas se desarrollan en diferentes enclaves del monasterio de Santa María y allí se han colocado este año veinticinco fotografías de Jesús Burgo. Además de las fotos, se han dispuesto antorchas y las icónicas cruces que cada año permiten llevar a cabo la crucifixión de Jesucristo. Tampoco falta música ambiental en el entorno de este cenobio fundado en el siglo XII.

La exposición podrá visitarse de manera libre hasta el próximo 11 de abril.