Cuenta el fotógrafo naviego Ignacio Martínez que recorrer el río Navia no es fácil y que la tarea se vuelve todavía más ardua se si desea retratar lugares “mágicos”. Él ha recorrido junto a su amigo Armando García Medina muchos de estos rincones de 16 municipios de Asturias y Galicia para editar su próximo libro.
La obra es una recopilación de más de 250 imágenes con las que el lector podrá conocer de principio a fin el río Navia. También que estampas deja.
Ignacio Martínez tiene más libros de fotografías. Retrató Navia y Coaña, también el pequeño núcleo de El Vidural, al que dedicó un trabajo especial, “y ahora tocaba el agua”. Siempre estuvo vinculado a la ría naviega por ser amante de las canoas. Tiene fotos de lugares dispares de la cuenca desde 1982. Pero para este libro, a todo color, ha seleccionado las hechas en los últimos cuatro años. “Es complicado, sobre todo, acceder a los sitios”, cuenta. Y narra una anécdota: cuando en una ruta estuvieron al borde de precipicio, con un todoterreno con el que era “misión imposible” dar la vuelta. “Optamos por ir marcha atrás”, recuerda.
Con el libro se podrán conocer vistas especiales de los embalses y otras zonas del río que, en un primer momento, pueden pasar inadvertidas. “Hay que ver la estampa y hay que situarse en lugar concreto y eso es difícil”, señala el fotógrafo. A Ignacio García se le ocurrió la idea de retratar la cuenca naviega con sus 159 kilómetros porque observa cómo el tiempo “pasa también por el paisaje y no observamos con agudeza el cambio”. En este trabajo se ha fijado también en lo cultural. “Viví un tiempo en Pesoz y cuando volví me di cuenta del deterioro, de cómo mucho patrimonio se viene abajo sin remedio”, destaca. Espera que este libro, de casi 300 páginas y con cartografía actualizada, sirva también para reflexionar sobre la gran calidad medioambiental, patrimonial y humana del territorio.
Ignacio Martínez no es un nuevo en el mundo de la fotografía. Su padre, el médico e historiador Ignacio Martínez, siempre retrató paisajes de Navia y su entorno. “Crecí cerca del río”, dice orgulloso. En la primera comunión le regalaron una cámara y lo que empezó siendo un juego se convirtió en afición y oficio. Estudió Comunicación y se especializó en Fotografía. El nuevo libro verá la luz el próximo julio.
