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Absueltos los acusados de tirar huesos del cementerio de Carballo (Cangas del Narcea)

“Se hizo con mucho cuidado, nosotros también teníamos antepasados”, dicen los encargados de la reforma del camposanto

El litigio en los tribunales a raíz de unas obras realizadas en el cementerio de Carballo, en Cangas del Narcea, en 2015, y la aparición de restos óseos en las escombreras donde se depositó el material extraído del camposanto para la construcción de 32 nichos nuevos parece haber llegado a su fin. Lo hace con la absolución de la empresa que se encargó de la obra, Construcciones Acevedo, que es propiedad de dos hermanos que también son vecinos de un pueblo de la parroquia de Carballo.

En febrero de 2020, el grupo de vecinos de la parroquia que denunció la obra para demostrar que una parte de los restos de sus antepasados fueron a parar a dos escombreras y reclamar que fueran recogidos y devueltos al cementerio, celebraban que el Juzgado de lo Penal número 1 de Oviedo les diera la razón y condenase a los constructores a pagar una multa y a recuperar los huesos.

Sin embargo, los acusados recurrieron el fallo y la Audiencia Provincial de Asturias dictó una nueva sentencia el 31 de julio de 2020 en la que se estimó su recurso de apelación y se revocó la decisión del Juzgado de lo Penal, acordándose la libre absolución de los constructores.

Esa nueva sentencia de la Audiencia podía ser recurrida y así lo hicieron los vecinos, que presentaron un recurso de casación que finalmente no fue admitido por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, quien les impuso además el pago de las costas. En la resolución emitida por el Tribunal Supremo a finales del pasado mes de marzo se recoge que además de la defensa de la empresa, el Ministerio Fiscal también había pedido la inadmisión del recurso vecinal contra el fallo absolutorio de la Audiencia Provincial de Asturias.

El abogado de los constructores, Ernesto Tuñón Noyón, recalca que la sentencia de la Audiencia Provincial entiende que sus clientes “se limitaron a realizar las obras en el cementerio de Carballo que les habían encomendado, sin tener intención alguna de faltar al respeto a la memoria de los muertos”. De hecho, los propios acusados defienden que se hizo un cribado de la tierra que se extrajo del camposanto y que una persona estaba encargada de ir recogiendo los restos que aparecían. “Fue una labor que se hizo con mucho cuidado, además nosotros también teníamos allí antepasados”, subrayan, a la vez que lamentan que las actuaciones judiciales “fueron iniciadas por apenas tres vecinos, cuando la práctica totalidad de la parroquia saben que se mantuvo en todo momento el respeto a los familiares allí enterrados”.

El recorrido judicial de este caso fue largo. Antes de que llegara a celebrarse el juicio de enero de 2020 hubo dos sobreseimientos provisionales en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Cangas del Narcea.

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