La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El arte asturiano llega a la playa: un grafitero le da una nueva vida a un chiringuito en Cudillero

El hostelero local Miguel García recurre al conocido grafitero Bastián Riak para “dar vida” a su chiringuito en San Pedro de La Ribera

El hostelero Miguel García, más conocido como “Kiko”, justo al grafiti realizado por Bastian Riak, en el chiringuito de la playa de San Pedro. | R. A. M. S.

Miguel García es vecino de San Esteban de Pravia y hostelero “de toda la vida”. Un emprendedor y una persona a la que una pandemia que repercutió negativamente en el sector en el que trabajó 18 años, la hostelería, obligó buscar “un plan alternativo”. “Fue un mal año”, recuerda.

Pero ese pesar no pudo más que sus ganas de seguir adelante y hacerlo con algo sorpresivo. El plan fue solicitar la gestión del chiringuito de la playa de San Pedro de la Ribera, que se adjudica por parte del Ayuntamiento después de un reñido concurso, y hacer “algo diferente”. Para ello, tras ganar el concurso, pensó en sus contactos. Un amigo conocía al reputado grafitero avilesino Bastián Riak. “Me lancé, llamé y aceptó mi propuesta”, dice. En dos días el chiringuito de la playa tenía algo especial, un dibujo diferente y perfectamente trazado que llamaba mucho la atención: “Un mono que me recuerda el estilo de vida caribeño”. “Me quedé muy sorprendido con el final”, dice ahora el hostelero. Miguel García, a quien conocen en su entorno como “Kiko”, señala que no esperaba que el grafiti convirtiera su chiringuito en un photocall y en un lugar donde apreciar este arte más bien urbano. “La gente se acerca y me pregunta si es un vinilo porque está perfectamente acabado”, cuenta.

Llevar estas creaciones de calidad que muchas veces se encuentran en la zona urbana a primera linea de costa ha sido una apuesta “diferente” y una experiencia que volvería a repetir. “Es verdad que le gente no solo ve ahora un chiringuito en la playa; ahora es algo más, es un escenario diferente donde apreciar arte”, profundiza.

Algunas personas conocen al autor del grafiti (está firmado) y otros se sorprenden porque se trata de una composición pictórica “que no es macarra, se integra perfectamente en el entorno y que es respetuosa”, comenta “Kiko”. El joven, de 36 años, está “encantado” con la bienvenida a este propuesta que, al principio, resultaba muy atrevida. Además, manifiesta estar “sorprendido” con las bondades del chiringuito, con el trato del Ayuntamiento, con los fieles y con “las muchas veces” que su propuesta sube a las redes sociales. “Dimos en la tecla”, confiesa.

Compartir el artículo

stats