Begoña Martín Acero, boalesa, profesora jubilada y vecina de Cabanas (La Coruña), está muy orgullosa de su exposición “Puertas”. A esta mujer que adora su concejo natal siempre le gustó hacer fotos para captar lo que transmite el paisaje y el paisanaje, al que mira con óptica artificial. Su nueva colección, que se puede ver en la Casa de Cultura de Boal, tiene algo singular. Recuerda a personas, pero se retratan solo puertas.

Begoña Martín suele viajar y pasear con su cámara profesional, regalo especial de su marido e hijas. Un día de tantos, de paseo por Boal, se encontró con la entrada de la casa de una mujer que marcó su vida, Antonia González, “To”, la misma con la que trabajó su madre durante 40 años y con la que ella hizo una amistad muy especial. “Vi esta puerta, que siempre estaba abierta, cerrada, y sentí algo especial; pensé que tenía que recordarla de alguna manera”, cuenta.

El fruto de aquella nostalgia son las 60 fotos de puertas de edificios de la capital de Boal. Todas ellas tienen “un sentido especial” para la fotógrafa, quien se detiene en la vida de la mujer que inspiró la exposición para explicar la esencia de su primera muestra creativa en solitario. “Sin aquella persona tan hospitalaria y generosa en Boal, ya nada fue igual para mí, y esas puertas cerradas me recuerdan a vecinos, a vivencias muy especiales y ya pasadas”, destaca.

Las puertas de la casa de “To”. Reproducción A. M. S

En la sala no falta la imagen de la entrada a la antiguas escuelas ni a otros edificios institucionales o singulares para la población boalesa. El cementerio, la Casa de Cultura, alguna casa indiana o la iglesia son algunas de ellas.

Begoña Martín hizo la primera foto de la serie en 2018 y esperó tres años para inaugurar la exposición que se puede visitar en Boal hasta el 30 de julio. “Tardé más en hacerlo todo por la pandemia”, dice mientras reflexiona sobre este periodo tan excepcional que para ella ha sido de crecimiento interior.

Las puertas de “Casa Frieira”. Reproducción A. M. S

En esos meses donde el movimiento de personas estuvo limitado, Begoña Martín hizo las fotos de esta exposición, que también puede disfrutarse en un libro gracias a la editorial Canel. “Todo fue posible”, señala, por otros dos grandes apoyos. Cada foto contiene un pequeño texto de Edita Nogueira, texto que se traduce al gallego-asturiano gracias a Enrique González. “Me gusta decir que fue un trabajo en equipo”, sostiene Martín.

Así es como cada foto contiene la reflexión personal de la escritora, quien para la ocasión también escribió haikus (composición poética japonesa). Begoña Martín está muy impactada con el resultado y, sobre todo, con la acogida del pueblo boalés. “No pensé que iba a causar tanto interés”, destaca. La gente que visitó la sala se emociona y también recuerda experiencias y momentos del pasado gracias a esas puertas que lucen cerradas.

Las puertas de "Villa Anita". Reproducción A. M. S

Llama la atención la entrada de la antigua escuela, dañada por el paso de los años y el escaso mantenimiento, y la puerta de la casa indiana más famosa de Boal, “Villa Anita”, muy cuidada. “Al final, es como un resumen de lo que tuvimos, de lo que éramos y de lo que tenemos ahora”, dice la fotógrafa, que ya está dispuesta a empezar otro trabajo con rostros humanos de Boal.