En la fosa común de Gúa, en Somiedo, podría no ser necesario llevar a cabo una exhumación. Es lo que piensa el médico forense Francisco Etxeberria, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que ayer visitó la zona junto a la directora general de Emigración y Memoria Democrática, Begoña Serrano, y el alcalde somedano, Belarmino Fernández, dentro de las visitas de trabajo para hacer el estudio preliminar de las siete fosas franquistas de la región elegidas para ver si se debe realizar una exhumación.

El médico forense especialista en antropología y biología forense se mostró sorprendido ante el lugar donde se encuentra la fosa común de Somiedo porque “se ha dignificado”, y reconoció el trabajo realizado por el Ayuntamiento “para hacer que este lugar esté protegido, respetado y cuidado, que es lo más importante para los familiares”. Por ello, señaló que en este caso la exhumación podría no ser necesaria “porque se garantiza el mantenimiento del espacio a perpetuidad a diferencia de otras fosas que están en las cunetas donde se pueden dar obras de ampliación de carreteras”.

El alcalde, Belarmino Fernández, recordó que en 2005 el Ayuntamiento compró la finca y se convirtió en un cementerio civil. Con un panel se identificó a casi una treintena de los ejecutados de todo el concejo, que están allí enterrados, aunque se estima que la cifra puede ascender a los 60 cuerpos. No obstante, tanto él como la directora general de Emigración y Memoria Democrática, Begoña Serrano, destacaron que la decisión de exhumar o no la fosa, se consensuará con los familiares de las personas enterradas en ella que sí fueron identificados.

“Los familiares serán quienes tengan la última palabra sobre si quieren mantener este lugar o hacer una exhumación para comprobar exactamente cuántas víctimas hay y quiénes son”, recalcó Begoña Serrano.