La antigua biblioteca móvil de Taramundi se ha reconvertido en un servicio itinerante de prevención de la soledad dirigido a las personas mayores que viven solas. A bordo del nuevo vehículo viaja la técnica del Programa Rompiendo Distancias de Taramundi, Trinidad Suárez, que, además de continuar con los servicios de préstamo bibliotecario a domicilio, va cargada con infinidad de materiales para hacer más fácil la vida de los mayores y para ayudarles a que pierdan el miedo tras los meses más crudos de la pandemia.

“La pandemia trastocó los hábitos de las personas y las aisló, queremos que la gente pierda el miedo y reactivar la cercanía de la Administración en los pueblos”, señala Suárez, que siente que parte de cero en su labor de fomentar la participación social de los más veteranos del concejo. “Queremos generar la participación activa teniendo en cuenta las necesidades de cada persona, que cada uno lo haga según sus intereses y a su ritmo”, señala la técnica que defiende el nuevo recurso como un servicio a la carta.

La idea es que la Administración, a través de este programa, se acerque a los vecinos, a los que ofrecerá desde el préstamo de materiales a ayuda para hacer trámites o tareas que puedan parecerles complejas, como hacer una videollamada.

En función de cada pueblo, se irán planteando diferentes propuestas. Es decir, si en vez de una persona sola hay un grupo de vecinos disponibles para la actividad, pues se propondrán talleres o pequeñas charlas. Por eso, el contenido de la furgoneta que conduce Trini, como la conocen en Taramundi, no puede ser más variopinto. Lleva una caja cargada de materiales de costura, sabedora del gusto por la calceta de muchas personas mayores, otra con instrumentos musicales y varias más llenas de materiales como libros, películas o juegos de estimulación sensorial que dejará en préstamo.

Tampoco falta un buzón de sugerencias, para que sean los propios mayores los que planteen sus inquietudes y necesidades, y un tablón de anuncios con el que llevar las novedades y actividades disponibles a cada rincón del concejo. Además, en el coche lleva una mesa y tres sillas para poder generar espacios de encuentro en cualquier lugar y aprovechar, más que nunca, los entornos al aire libre. “Si tenemos un salón como este –dice señalando el entorno espectacular de Ouria- para qué te vas a meter en un espacio cerrado”, señala.

Otra de las novedades con las que estrena la ruta es una exposición de fotos que despliega en cada rincón. Son imágenes que la propia técnica, que puso en marcha el programa Rompiendo Distancias en Taramundi hace veintiún años, fue realizando en su periplo recorriendo el concejo y que ahora lleva ampliadas en la nueva furgoneta para disfrute del vecindario.

“Cosas muy paradas”

Estos días está presentando el nuevo recurso de pueblo en pueblo. LA NUEVA ESPAÑA la acompañó por Ouria, donde fue recibida por dos vecinas y amigas: María de la Paz González , “Pacita”, y Filomena Bermúdez, “Filo”. Tras escuchar el relato de Trini se mostraron encantadas de ver que la cosa comienza a moverse y se vuelve poco a poco a la normalidad. “Las cosas están muy paradas, parece que ya no se puede ni ir de visita a casa de los vecinos. Esta pandemia cortó la relación y a mí, que no soy pájaro de jaula, me está costando”, señala Bermúdez, que reside con su marido. Su vecina, que vive sola, opina lo mismo: “Me parece bien este servicio, yo no quiero estar sola”.

La técnica del Rompiendo Distancias, de vuelta en Taramundi tras una breve etapa como directora general de Servicios Sociales y Mayores del Principado, considera fundamental volver a generar rutinas de participación entre los mayores porque eso contribuye, dice, a mejorar el estado de ánimo. “Es una medicina”, señala.

“Este proyecto lo lanza el Ayuntamiento de Taramundi pero va a ser a la carta y se va a construir entre todos”, zanja la promotora, que tiene infinidad de ideas para el nuevo servicio. “No sé si nos dará tiempo a todo”, bromean las vecinas de Ouria al escuchar sus planes. De momento, su furgoneta itinerante recorrerá las parroquias del municipio los martes y viernes de cada mes. La idea es estar en Bres la primera semana, en Ouria la segunda, la tercera en Taramundi y la cuarta en Veigas. “Gracias a Dios y a Trini se recupera la actividad”, señalan las vecinas.