El Instituto veigueño Elisa y Luis Villamil inicia el curso con un equipo directivo renovado y, por primera vez en su historia, liderado por una mujer, la castropolense Mercedes Martínez. El resultado de este cambio es una directiva cien por cien femenina. “Puede ser un dato llamativo, pero es una cuestión de probabilidad matemática, ya que el setenta y cinco por ciento del claustro son mujeres”, señala Martínez, que da el relevo en la dirección a Javier Santos.

“No creo que lo vayamos a hacer mejor por ser mujeres. Lo importante de un equipo directivo es la implicación, las ganas de colaborar y de trabajar por la comunidad educativa que tengan todos los integrantes”, dice Mercedes Martínez, que elogia la labor de sus predecesores en el cargo. Lo cierto es que es un equipo veterano, pues la mayoría llevan años formando parte de la dirección. Por ejemplo, la nueva directora, docente de Tecnología, lleva ocho años en el equipo directivo y once impartiendo clase en el Instituto de Vegadeo. Este curso solo se incorpora, como jefa de estudios, la profesora Eva Pérez. María Meitín continúa como jefa de estudios adjunta para Secundaria y Lulas Somoza como jefa de estudios adjunta para Bachillerato. Por último, María Antonia Sancosmed ejercerá de secretaria. Confían en poder “conciliar los intereses de toda la comunidad educativa” y agradecen los mensajes de apoyo que están recibiendo.

El centro comienza el curso con trescientos estudiantes aunque, una vez se cierre la matrícula de los ciclos formativos, la cifra podría rondar los trescientos cincuenta. En cuanto al profesorado, cuentan con cincuenta y tres docentes. Consideran que uno de los puntos fuertes del centro es, precisamente, que tienen una plantilla bastante estable. De hecho, más de la mitad del profesorado es fijo y, entre los interinos, suele haber caras conocidas.

“Para cualquier claustro, que el profesorado interino repita es una satisfacción, permite cierta continuidad en la atención al alumnado y es positivo para todos”, señala la directora. “Vienen llorando y se van llorando”, apunta Lulas Somoza. Y es que, a priori, Vegadeo, un lugar relativamente alejado del centro de Asturias, no suele ser uno de los primeros destinos para los interinos. Sin embargo, “se suelen encontrar a gusto, muchos repiten y acaban quedándose”.

El Elisa y Luis Villamil inicia el curso con buenas expectativas, con la experiencia del pasado en la gestión de la pandemia y con la esperanza de poder retomar la normalidad y seguir desarrollando los muchos proyectos que tienen en marcha ligados a la atención pedagógica, la convivencia y la relación con el entorno. “La experiencia del curso pasado y el hecho de que el alumnado ya prácticamente tenga la pauta completa de vacunación nos permite comenzar con cierta tranquilidad. En ese contexto, nos gustaría poder retomar los proyectos paralizados, eso sin olvidar que sigue presente el plan de contingencia por el covid”, expone Mercedes Martínez.