Más de un centenar de vecinos arroparon ayer en Salas a la estudiante salense Ana Rubio, que tiene discapacidad auditiva y que, tal como adelantó LA NUEVA ESPAÑA el pasado 30 de septiembre, lleva semanas luchando para que la Consejería de Educación le conceda un intérprete de lengua de signos para poder seguir correctamente las clases del ciclo de Documentación y Administración sanitaria. Cursa estos estudios en el Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) de Cerdeño, en Oviedo.

“Agradezco a todos los vecinos, amigos y familia por venir a la concentración a apoyarme para luchar y lograr que la Consejería me dé una respuesta. Esto me da mucha fuerza para salir adelante y ganas de seguir en la lucha”, señaló Rubio tras recibir numerosas muestras de apoyo. Estuvo respaldada, no solo por sus vecinos, sino por el gobierno local que dirige Sergio Hidalgo. Asimismo, acudió a la concentración el diputado de Foro Adrián Pumares.

“Todo el mundo tiene que tener una educación con las mismas posibilidades y derechos”, señaló Hidalgo, mientras que Pumares subrayó que se trata de una petición “razonable”. “Cualquier persona que quiera estudiar debe hacerlo en igualdad de condiciones que los demás, no pedimos ningún trato de favor”, zanjó.

La joven reclama una intérprete que la acompañe a diario, durante las seis horas de clase, sin embargo, desde Educación le proponen asignarle una mediadora comunicativa que estaría con ella un total de cinco horas repartidas en tres días. La propuesta indigna a la joven pues, dice, se están vulnerando sus derechos. No entiende por qué no puede tener un intérprete como en sus anteriores estudios. Educación la ha citado a una reunión en Oviedo mañana, miércoles.