El arquitecto cangués José Ramón Puerto defendió ayer en Pesoz la importancia de “poner en valor, explicar y potenciar” la riqueza del poblado de A Paicega y de los restos de la construcción del embalse de Salime. Lo hizo en la presentación de la exposición de los trabajos de final de grado de Arquitectura del Centro de Estudios Superiores Universitarios de Galicia (Cesuga), un puñado de proyectos en los que los alumnos imaginaron a lo grande un futuro para lo que queda de este lugar.
Puerto considera que los proyectos planteados, cuyas maquetas se pueden visitar hasta el 16 de noviembre en el edificio de usos múltiples del Museo Etnológico de Pesoz, son utópicos y muy difícilmente se podrían hacer realidad: “Sería difícil hacerlo por el coste, ya que hemos sido ambiciosos. No obstante, podrían ofrecer soluciones parciales para la zona”.
Puerto y sus alumnos conocieron hace meses el territorio de la mano de Ángela Ferrería y se marcharon asombrados por la particularidad y belleza de este entorno, para el que proyectaron iniciativas llamativas como un centro del patrimonio industrial o uno apícola. El arquitecto que dirigió estas iniciativas considera muy interesante que sus alumnos trabajen en zonas rurales antes de iniciar su vida profesional, donde imperarán los proyectos urbanos. “En los entornos rurales el paisaje tiene una presencia importantísima”, añade.
Puerto hizo especial hincapié ayer en la importancia de valorar estos restos patrimoniales como una oportunidad: “Estas ruinas no dejan indiferente a nadie porque tienen una presencia importantísima”. En este sentido, aplaudió el proyecto en marcha del Ayuntamiento de Pesoz para rehabilitar la iglesia del poblado de A Paicega, que durante años acogió a los obreros de la presa. “Es de agradecer que se haya apostado por la rehabilitación de la iglesia. Es un sitio privilegiado”, subrayó.
