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El Rector en Castropol: "La Universidad no puede ser una pedigüeña; espero un guiño del Principado en los presupuestos"

Ignacio Villaverde espera que la institución siga "en la senda de contención prudente, pero de pequeño crecimiento que necesitamos para el curso que viene"

El Rector, en el acto en la Biblioteca de Castropol.

 El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde pidió hoy en Castropol un “guiño” para la institución que preside dentro de la negociación de los presupuestos del Principado. “Espero un guiño y sé que el gobierno lo va a tener porque hace ya muchas semanas que estamos trabajando con la Consejería en ir fijando las cantidades que irán destinadas al presupuesto de la Universidad de Oviedo”, explicó Villaverde en la apertura de los actos del centenario de la biblioteca de Castropol, que pasará a llamarse Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo.

“Creemos que seguiremos con esa senda de contención prudente pero de pequeño crecimiento que nos permitirá afrontar los proyectos que queremos abordar el curso que viene”, añadió Villaverde, quien también se mostró convencido de que en estos momentos de dificultades económicas a consecuencia de la pandemia la institución tiene que ser solidaria con los sectores que más han sufrido. “La Universidad no puede convertirse en una pedigüeña en estos momentos, tiene que conseguir un buen presupuesto para prestar ayuda precisamente a esos sectores que más han sufrido durante este largo y oscuro periodo que nos ha tocado vivir”, zanjó a este respecto.

Además de los presupuestos, el rector indicó que el Principado y la Universidad están a punto de concluir el acuerdo de financiación plurianual, el denominado contrato-programa. Una negociación que Villaverde aplaude: “Estamos muy satisfechos con esto último porque el gobierno ha sido muy sensible a las necesidades y reivindicaciones de la Universidad”.

Un aula de extensión universitaria en Castropol

La visita sirvió también para confirmar que la Universidad de Oviedo contará, a partir de ahora, con un aula de extensión universitaria en Castropol, gracias a la cesión de un espacio por parte del ayuntamiento del concejo. Lo rubricaron el alcalde, Francisco Javier Vinjoy Valea, y el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, que firmaron un protocolo de actuación con el objetivo de que la institución académica cuente con un local, dentro de la Casa de Cultura de Castropol, que sirva como sede para desarrollar actividades en el marco de la extensión universitaria, tales como los cursos de verano, charlas u otras acciones formativas.

La firma de este protocolo de actuación coincidió con la celebración del centenario de la Biblioteca Popular Circulante Menéndez Pelayo, que surgió en 1921, tras la publicación de un manifiesto firmado por Vicente Loriente Cancio, junto con un grupo de jóvenes estudiantes, que, bajo el título Por Nuestra Cultura, plantea la iniciativa de crear una Biblioteca Popular Circulante, "con el fin de fomentar la propagación de la cultura". El texto, de inspiración regeneracionista, denunciaba la ignorancia general imperante y la mediocridad de la situación cultural y política y manifestaba la urgencia de actuar para solucionar el problema.

El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, que firmó en el libro de honor del consistorio, hizo también entrega de una recopilación de documentos existentes en los fondos bibliográficos de la institución académica, en los que se cita de forma específica a la Biblioteca Popular Circulante de Castropol. Y explicó que, para él, en su condición de rector de la Universidad de Oviedo, “este es un momento muy emotivo”. “Con este acto y la entrega de estos facsímiles no pretendemos saldar una deuda, dolorosa y trágica, que ya nada ni nadie podrá enjugar -en referencia a lo sucedido en enero de 1937, cuando la Biblioteca Popular Circulante fue incautada por la autoridad de la Universidad de Oviedo con un oficio del Rector a quien se entregaron los libros sin ningún inventario-, pero sí al menos, que sea un gesto sentido y querido, que tienda un hilo que nace con el ordinal 1 del primer tejuelo de la biblioteca, “La psicología del pueblo español”, de Rafael de Altamira, hasta el presente en el que recuperamos, para quedarse, no solo la memoria, sino también el propósito de la Biblioteca Circulante”. 

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