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El tráfico pesado de la autovía agrava el caos circulatorio de Cornellana a Tineo

Un convoy especial con una enorme pieza de hormigón para un viaducto de la A-63 generó ayer importantes retenciones en la N-634

Un convoy especial, con una gran pieza de hormigón para la autovía, ayer, en las inmediaciones de Casazorrina (Salas). | J. A. O.

Con los plazos iniciales para la autovía del Suroccidente caducados desde hace años, el viaje de Cornellana a Tineo puede convertirse todavía hoy en un auténtico infierno para los conductores. El lento y tortuoso tránsito de camiones de obra y de convoyes especiales que llevan enormes piezas de hormigón para la futura A-63 a través de la angosta N-634 agudiza el ya de por sí grave problema de comunicaciones que sufre la comarca a consecuencia de los retrasos en la ejecución de la autovía y de incidentes tan difíciles de explicar como el cierre al tráfico de la primera calzada entre Salas y La Espina apenas ocho años después de su inauguración. Este tramo está clausurado desde el pasado mes de julio a causa de las deficiencias detectadas en el puente de La Barrosa, que tuvo que ser derribado, lo que ha devuelto todo el tráfico a la antigua carretera nacional. Tal circunstancia ha colmado el vaso de la paciencia de la Corporación de Tineo, que ha llamado a los vecinos a concentrarse este mediodía ante el Ayuntamiento para exigir la conclusión de la autovía y que llegue a La Espina.

El viaje que realizó LA NUEVA ESPAÑA ayer a mediodía desde Oviedo a La Espina carga de razones la manifestación de Tineo, a la que también están invitados representantes políticos, empresariales y vecinales de otros concejos de una comarca que clama por la mejora de las comunicaciones para tratar de contener la sangría demográfica que sufre y para mantener una actividad industrial claramente perjudicada por la situación de una autovía que debería haber llegado a La Espina hace ya once años si se hubiera cumplido el calendario inicial.

Las obras del viaducto de Nonaya de la autovía del Suroccidente. | J. A. O.

El itinerario que parte de la capital de Asturias discurre por autovía sin incidencia alguna hasta Cornellana. A partir de ahí, un convoy especial con una enorme pieza de hormigón para uno de los puentes de la autovía en construcción generó a mediodía una kilométrica retención en todo el tramo de la carretera N-634 que va hasta Salas, afectando también al tráfico en sentido contrario, ya que en varios puntos del trazado, especialmente en los curvos, el vehículo de gran tonelaje ocupaba ambas calzadas de la carretera. Una furgoneta con luces de emergencia le iba abriendo paso y una segunda circulaba detrás del camión para evitar intentos de adelantamiento.

“La verdad es que resulta desesperante circular por esta carretera llena de desvíos, señales y camiones cuando la autovía ya debería estar abierta desde hace años”, subrayó Adolfo López en la estación de servicio de las inmediaciones de la rotonda de Casazorrina, tras haber circulado durante varios kilómetros detrás del convoy especial a una media de velocidad no superior a los 40 kilómetros a la hora. Según confirman dos trabajadores del polígono industrial de La Curiscada no resulta infrecuente toparse con camiones que generan importantes retenciones en la N-634.

Tineo sale este mediodía a la calle para exigir la conclusión de la autovía y que llegue a La Espina

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Aunque ya sin ese vehículo especial condicionando por completo el tráfico, el resto del trazado hasta La Espina supone un viaje en el tiempo nueve años atrás, ya que debe realizarse en su integridad por las curvas de la antigua N-634. Su firme no está en las mejores condiciones en algunos tramos, algo que preocupa bastante en la zona ante la proximidad del invierno. Además, las obras de construcción de un viaducto al inicio de la subida hacia La Espina han obligado a instalar un semáforo para regular el tráfico que también ralentiza la circulación.

La primera calzada de la A-63 desde Salas lleva cuatro meses cortada por el derribo del puente de La Barrosa, cuya reconstrucción carece de plazos y será “compleja técnicamente”, según ha reconocido este martes en la Junta el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo. La versión oficial es que se están realizando sondeos y estudios previos para una obra que nadie sabe cuando podría hacerse efectiva. El Suroccidente estima que ya es hora de pasar del papel al hormigón y reclama la ejecución del puente con la máxima urgencia, la misma que exige para la apertura definitiva de todos los tramos de autovía hasta La Espina.

“Se trabaja a pleno rendimiento”, insiste la delegada del Gobierno

Delia Losa afirma que la obra de la autovía hacia La Espina “tiene garantía presupuestaria y lo demás son apreciaciones subjetivas”

La delegada de Gobierno, Delia Losa, asegura que existe “garantía presupuestaria” para cubrir la obra de la autovía A-63 hasta La Espina. Detalla que la previsión que se baraja es que el tramo de Salas a La Espina, el que actualmente está cerrado al tráfico debido a la demolición del puente de La Barrosa, se completará en 2022 y que Cornellana-Salas finalizará para 2023, teniendo en cuenta el retraso que ha provocado en los trabajos el argayo que en abril cortó la Nacional 634 a la altura de Casazorrina, cerca de Salas, y cuya reparación supondrá un coste de 14,4 millones.

“Esto es lo que hay y lo demás son apreciaciones subjetivas”, subraya Losa que insiste en que “el Ministerio de Transportes tiene el compromiso que se manifiesta en unos presupuestos donde constan esas partidas” y añade que ahora mismo Demarcación de Carreteras y los técnicos y las empresas que llevan la obra “están trabajando a pleno rendimiento”. No obstante, reconoce que “por desgracia no se podrá hacer con la premura que los ciudadanos de la zona quieren, pero son obras que requieren unos procesos y tratamientos que necesitan unos tiempos”.

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