La talla de Santa María de Miudes, la imagen principal de esta iglesia franquina, regresó ayer a casa por todo lo alto tras someterse a un proceso de restauración que ha logrado recuperar la pintura original en un ochenta por ciento de la escultura. “Es una talla muy valiosa y muy singular, porque no hay ninguna en Asturias como ella”, destacó el restaurador, Jesús Puras, sobre esta pieza de estilo nórdico que data de mediados del siglo XV.
El párroco franquino, Francisco Javier Fernández, propuso a los vecinos de Miudes afrontar esta restauración como guinda a los trabajos de mejora efectuados durante los últimos años en el templo, cuyo origen es un monasterio benedictino fundado, “probablemente”, en el siglo X. Los vecinos financiaron “casi exclusivamente” la actuación encargada a Puras. Éste confiesa que fue una labor “muy ilusionante”, pues conocía el valor de una talla que participó en la prestigiosa exposición “Orígenes”, de 1993.
Cuenta Puras que la pieza estaba “muy desvirtuada”, hasta el punto de que las capas de pintura ocultaban la volumetría original de algunas partes. Tras retirar siete capas se llegó a un original muy bien conservado. “Hay ciertas reintegraciones que hicimos por ser una imagen de culto, pero son escasas, sutiles y quedan a bajo tono para que un experto pueda diferenciarlas”, detalla.
La talla no solo es valiosa por su antigüedad, sino también por su iconografía. Representa a una Virgen ilustrada, con su hijo, mostrando las escrituras y mirando al espectador. La temática procede de centroeuropa y la hipótesis es que llegara a Asturias gracias a los flujos culturales del Camino de Santiago. El siguiente reto es publicar su historia.
