Marité Lana (El Valle, 1962) es la directora del Ecomuseo de Somiedo, uno de los espacios más visitados por los turistas, a los que guía a través de la historia e idiosincrasia de los somedanos con su nutrido y amplio conocimiento sobre su concejo natal. La exposición del Ecomuseo, que se divide entre Caunedo, Veigas, Pola y los elementos etnográficos de Urría y El Coto, se está remozando con una partida del Plan de Turismo Sostenible, dotado con 1,8 millones por parte del Ministerio de Turismo. Se están teitando las casas de Veigas y se ampliará la colección de Caunedo para mejorar y potenciar los emblemas de la tradición local.
–¿Cuál considera que es la clave del éxito del Ecomuseo?
–A la gente le gusta mucho porque muestra el modo de vida, las tradiciones, oficios, y todo lo que tiene que ver con la historia y el pasado de Somiedo. Y todo eso contextualizado, cuando se lo explicas, les gusta mucho. Es uno de los sitios más visitados, este pasado verano tuvimos unos 4.000 visitantes, cada vez vienen más porque el Ecomuseo es algo único. Por ejemplo, en las casas de Veigas se pueden ver los distintos grados de evolución de la vivienda y la relación entre humanos y animales y eso encanta.
–Una reclamación de los somedanos es recuperar las ayudas regionales para teitar las cabañas. ¿Hay solución?
–Hubo una ayuda anual, desde 1985 hasta 2008, pero la crisis económica condicionó los presupuestos y solo se recuperó un par de años. También hubo el problema de que las subvenciones se dan en concurrencia competitiva y, para los propietarios, es imposible poder justificar los costes porque el mecanismo de justificación es la factura. Por ejemplo, la escoba la cogen ellos mismos en el monte y la colocan por lo que es difícil que puedan tener una factura a no ser que contraten los trabajos. El Ayuntamiento y la consejería de Cultura están barajando un sistema que se adapte a esta situación. Por ejemplo, antes, era el Ayuntamiento el que certificaba que se había teitado con una revisión físca. Además, es algo que se ve. Creo que se deben recuperar porque son un incentivo, ayudan y motivan a la gente y reconocen la labor que se hace por la conservación del patrimonio cultural.
–Nunca se habían visto tantos turistas como en 2020 y 2021. ¿Hay riesgo de masificación?
–Es verdad que el año pasado y este hubo un incremento de turismo: la gente se quedó en España y Somiedo es una marca turística, que se aprecia y es reconocida. Luego hay, no cabe duda, determinados días de agosto, y en unos puntos concretos, que puede estar lleno. No sabemos lo que va a pasar pero hay que anticiparse a esos posibles conflictos o momentos en los que se llena de acuerdo con el turismo sostenible, que es el que llevamos años teniendo, y es la idea que plantea el plan de sostenibilidad turística.
–En este sentido, ¿en qué línea se está trabajando desde el muncipio de Somiedo?
–Una de las ideas que se barajan para evitar esos conflictos de afluencia es un bus eléctrico que, por ejemplo, suba de Pola a El Valle y luego recoja a la gente para aquellas personas que quieren pasar un día y ver los Lagos, no para los que se quedan en los alojamientos. Es una de las cosas que se barajan ante esa posible situación como también desde Saliencia a La Farrapona. Y también está la tecnología, con nuevos sistemas de información que dan muchas posibilidades.
–¿Qué opina de las posibilidades del Plan de Sostenibilidad Turística?
–Es un plan ambicioso y es una suerte que nos lo hayan otorgado porque nos permite trabajar para el futuro y poder hacer importantes inversiones para consolidar lo que se viene haciendo desde hace muchos años. También es cierto que se trabajó mucho el proyecto desde todos los ámbitos del concejo, llegando a todos los campos.
