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El nacimiento es panorámico en San Tirso

El naviego Rodrigo García Istillarty exhibe el que está considerado uno de los belenes más grandes de Asturias, con 75 metros cuadrados de superficie

Rodrigo García Istillarty posa junto a su belén, instalado esta Navidad en el polideportivo de San Tirso. | T. Cascudo

Desde que tiene uso de razón, el naviego Rodrigo García Istillarty siente fascinación por los belenes. Recuerda perfectamente sus primeras creaciones a base de corcho y también cómo empezó a dar movimiento a algunas figuras gracias a la ayuda de su abuelo, electricista jubilado. Tres décadas después, atesora el que está considerado uno de los belenes más grandes de Asturias y que, con los últimos 15 metros que acaba de incorporar, alcanza los setenta y cinco metros cuadrados de superficie expositiva. Se podrá visitar hasta el 6 de enero en el polideportivo de San Tirso de Abres, concejo en el que reside desde hace más de una década.

“Es un belén panorámico, que se puede ver por más de tres lados, monumental, por el tamaño de las piezas, y bíblico porque está inspirado en Palestina”, explica este belenista, diseñador de interiores de profesión, que también elabora piezas por encargo y restaura belenes dañados. Cuenta con más de 150 figuras, que compra en blanco y se ocupa de pintar y preparar a su gusto, y con unas sesenta edificaciones inspiradas en la antigua Palestina y que fue haciendo año a año gracias a la información que iba sacando de películas como “La historia más grande jamás contada” o “Ben-Hur”. “Recuerdo ir parando el vídeo para hacer bocetos de la arquitectura que más me gustaba y luego recrearlo”, explica.

Aunque su belén sobresale por sus dimensiones, explica que nunca tuvo pretensión de lograr ser el mayor, sino que le mueve más “la calidad”. Y eso se ve en el exquisito gusto de cada escena, donde no faltan infinidad de detalles. Apetece perderse por las calles de su ciudad o adentrarse en alguna de las dependencias donde se trabaja, como en el rincón de la alfarera donde se recrea con todo lujo de detalle el interior de una vivienda. En total, cuenta con diez figuras en movimiento a lo largo de esta instalación. “Para mí esto va más allá de la religión, es arte”, dice al tiempo que se confiesa “muy perfeccionista y exigente”. En este sentido, cada escena expuesta esconde ingentes horas de trabajo.

Las nuevas edificaciones, que se estrenan en esta exposición. | T. C.

Las edificaciones están hechas con una base de cartón reforzado, que lleva encima un emplaste de escayola, serrín y cola, que va aplicando con ayuda de una espátula. Aunque empezó comprando un libro con técnicas de elaboración de nacimientos, se considera autodidacta y, con los años, fue creando su propia técnica. Ahora, en algunas construcciones, emplea también poliestireno expandido, como en una ruina que ha incorporado recientemente. “Voy un poco por libre”, añade.

Detalle de una de las escenas con movimiento. | T. Cascudo

Doce días le llevó montar su particular Nacimiento en el polideportivo santirseño. La primera vez que lo expuso al público fue en 1991, en Navia y, la última, en Luarca, en 2019. “Pero no expongo todos los años, hubo temporadas que igual estuvo diez años sin montarse, pero yo no dejo de hacer cosas. La verdad es que disfruto más haciéndolo que enseñándolo, lo de explicarlo me cuesta”, argumenta. Lo guarda en el desván de casa de su madre, en Puerto de Vega, donde también tiene su pequeño taller, pero, confiesa que cada año es más difícil el montaje y desmontaje de esta ciudad en miniatura. De ahí que se ponga a disposición de los concejos de la comarca para encontrar un lugar en el que sea posible exponerlo de manera permanente. “Cuando la gente lo ve, se sorprende, quizás porque no se espera algo de tanta calidad”, admite.

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